Euroliga

«¡Cómo no te voy a querer!»

La fiesta blanca sono al ritmo de la Décima, con música latina y duchas de agua fría de las que no se libró ni Florentino

Los jugadores blancos celebran el título EFE

E. V. Escudero

El bocinazo final del partido desató la euforia en el banquillo del Real Madrid. La tensión contenida por meses de vaivenes dio paso a la alegría desbordada. Celebración que se alargó hasta el vestuario, donde hasta Florentino Pérez sufrió algún baño de agua fría . «¿Y la prima para cuándo, presi?, reclamaba con descaro Doncic, que para gastar bromas sigue siendo un niño.

A su lado, Felipe Reyes hablaba con su familia envuelto en una bandera de Españ a. Con ella a la espalda había alzado minutos antes la Copa de Europa. Lo había hecho ayudado por Llull, al que el capitán quiso hacer partícipe principal de ese momento. Un guiño a los meses que el equipo ha pasado mirando con preocupación hacia la enfermería. El balear, con los ojos empañados, agradeció el gesto antes de colgarse del aro para cortar la red. Segundo «trofeo» en tres años. Imagen que va camino de convertirse en un clásico. Rudy, que se llevó la red de la otra canasta, reconocía que el final de año hacía que todo lo que habían pasado mereciera la pena. «Ha sido una temporada muy dura y esto demuestra que hemos creído hasta el final», resaltaba el balear.

Ese sufrimiento ha estado mitigado en parte por la afición blanca, clave durante el año en el WiZink Center y representada ayer por medio millar de seguidores. A su alrededor se centró la celebración en la pista, donde Felipe Reyes ejerció como maestro de ceremonias. «¡Cómo no te voy a querer, cómo no te voy a querer, si fuiste campeón de Europa por décima vez!». El canto, renovado de nuevo con la consecución del título, sonó como nunca bajo el cielo de Belgrado. Himno eterno del club más laureado del continente .

De ahí, se pasó al «Luka quédate», que sonaba más a reconocimiento por sus méritos que a petición real. Porque Doncic parece tener tomada la decisión, como ha deslizado en algún momento, y sus compañeros también la conocen. «Se acaban las palabras para hablar sobre él. Creo que es de estos jugadores especiales que salen cada mucho tiempo. El baloncesto europeo ya le debe mucho, por todo lo que ha hecho con solo 19 años . La decisión que tome, que todo el mundo ya sabe, hace que estos días que vienen tengamos que disfrutarlo al máximo. Los mejores jugadores tienen que jugar en la mejor liga del mundo y donde están esos jugadores es en la NBA», reconocía Rudy, sincero.

Taylor, DJ improvisado

Para entrar en el vestuario del Madrid, había que pisar un charco. Secuelas de la celebración en la que Florentino Pérez fue uno más. El presidente estaba feliz, a un paso de conseguir un doblete histórico si el equipo de fútbol vence el próximo sábado al Liverpool en la final de la Champions. «Ahora les toca a ellos, nosotros ya hemos cumplido», decía Tavares, uno de los más futboleros. A su lado, Jeffrey Taylor bailaba al son de la música que salía del altavoz que llevaba en la mano. Banda sonora con ritmos latinos que les ha acompañado durante todo el año.

« Este equipo es increíble. Hemos sido capaces de levantarnos una y otra vez para terminar ganando el título », señalaba Felipe Reyes, muy emocionado a sus 38 años. «Espero que aún me queden muchas Copas más por levantar», reseñaba pensando ya en el futuro. En esa Liga Endesa que centra ahora su atención. Porque el Real Madrid es esto. Ganar, ganar y volver a ganar.

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