Real Madrid

Pablo Laso: «Me identifico con el que da la vida por el escudo»

A punto de cumplir 500 partidos como técnico del Real Madrid, el vitoriano repasa para ABC estos siete años de éxitos

Pablo Laso, entrenador del Real Madrid DE SAN BERNARDO
Emilio V. Escudero

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Está terminando el encuentro con ABC, cuando Pablo Laso (Vitoria, 1967) rescata de un montón de recuerdos dispersos por la mesa una imagen junto a Nocioni . «De todas las fotos que me habéis traído, ésta es la que más me gusta. Me identifico con el 'Chapu', un tipo que da la vida por el escudo y que entendió desde el primer momento lo que significa el Real Madrid », explica el técnico blanco, que mañana cumplirá 500 partidos al frente del banquillo del club más laureado del continente. Un periplo de siete años y medio, en el que ha devuelto al club a lo más alto del baloncesto europeo con trece títulos, incluida la Copa de Europa de 2015, de la que habla con especial cariño mientras repasa su trayectoria al frente del Madrid.

-Ha pasado mucho tiempo desde que aterrizó en el Real Madrid, ¿echa la vista atrás y qué ve?

-Mi llegada al Real Madrid me trae recuerdos muy buenos. Era el inicio de un proyecto ilusionante, con una situación complicada, pero que afronté con mucha confianza. Sabiendo que era un camino difícil, un reto mayúsculo... pero muy bonito para mí.

-¿Imaginaba entonces que iba a llegar a dirigir 500 partidos en el banquillo blanco?

-Nunca me gusta pensar mucho en lo que viene por delante. Ni pensaba entonces en el partido 100 ni pienso ahora en el 501 o el 502. Por mi manera de ser intento mirar al siguiente encuentro y nada más. Es cierto que ha pasado mucho tiempo, y que 500 partidos es una cifra importante en este club -solo Lolo Sainz la ha superado en toda la historia del Real Madrid-, pero al final lo que valoro son las caras de felicidad cuando ganamos y la sensación de que hemos sido capaces de enganchar a mucha gente. De hacerles que vuelvan a creer en este equipo. Un logro que no es solo de Pablo Laso, ojo, sino de un grupo de personas con las que he tenido la suerte de compartir este viaje.

«Ganar la Copa al Barcelona en 2012, nada más llegar, significó borrar un bloqueo mental. Nadie creía en nosotros, parecía que íbamos al matadero, y ganamos»

-¿Cómo de importante fue la Copa del Rey que ganó nada más llegar para el éxito posterior del equipo?

-Pues creo que es uno de los partidos más especiales dentro de estos 500. No me gusta hablar de un encuentro en concreto, porque todos forman parte del camino, pero este sí que es único, porque recuerdo que veníamos de una situación muy complicada, casi eliminados en Euroliga y que casi nadie creía en nosotros. Llegamos a la final contra el Barcelona, en su casa, con todo el público en contra y cuando nadie lo esperaba, ganamos. Lo más importante es que todos los que estábamos en el vestuario creíamos en el triunfo y lo conseguimos. Fue un partido que nos dio mucho. Llevábamos 19 años sin ganar la Copa y parecía que íbamos al matadero. Que nos iban a ganar, como pasaba casi siempre, y no fue así. Tenemos muchas anécdotas que aún recordamos de ese día, lo que lo hace aún más especial.

-El Madrid venía de años duros, relegado a un papel casi marginal en el baloncesto nacional...

-Aquello significó acabar con un bloqueo mental. Recuerdo que Florentino Pérez, cuando bajó al vestuario, lo primero que me decía, casi sin creerlo, es que llevábamos 19 años sin ganar la Copa. Y es que la Copa es muy difícil de ganar. Ese título hizo que la ambición creciera y que los objetivos se acercaran. Tras la Copa, tocaba ganar la Liga, algo que hicimos al año siguiente. Una dinámica complicada de conseguir, pero que es el sino del Real Madrid. Exigencia que va intrínseca al ADN del equipo. Un club hecho para ganar todas las competiciones en las que participa.

-¿Y cuál ha sido el pilar más importante de Laso en este camino?

-El grupo y la estabilidad. Siempre hemos intentado mantener una línea de cierta estabilidad, dando importancia al colectivo por encima de cualquier otra cosa y sin cambiar mucho las piezas de un año a otro. Tengo la fortuna de haber contado durante este tiempo con un grupo humano excepcional, desde la directiva, pasando por el cuerpo técnico, médicos, fisioterapeutas, ayudantes, prensa... todos tienen una parte de responsabilidad en el éxito que hemos alcanzado en estos años. Es una familia, con momentos buenos y malos, que disfruta mucho de los éxitos, pero también del camino.

-Una familia que ahora vive acunada por una afición que había casi desaparecido cuando usted aterrizó en 2011...

-Recuerdo que el día de mi presentación había una manifestación de aficionados que protestaban por la situación de la sección de baloncesto. Algunos lo veían como algo negativo, pero yo ese día me dí cuenta de que no estábamos muertos, porque había gente a la que aún le importaba el Real Madrid de baloncesto. Nos propusimos engancharlos de nuevo. Desde muy pequeño yo había vivido de cerca al Real Madrid de Corbalán y Iturriaga, los Torneos de Navidad... Tenía la sensación de que se habían perdido los valores clásicos del club y había que recuperarlos. No fue fácil, porque a la gente no le puedes pedir que vuelva, tienes que ganártelos. Tienes que darle algo. Hemos conseguido que la afición se sienta identificada con el equipo. En ese sentido, uno de los días en los que me he sentido más orgulloso como técnico es cuando perdimos en el playoff de la Euroliga en 2016 ante el Fenerbahçe en casa y la afición nos despidió con una ovación. Porque al final un equipo puede ser mejor, esto es deporte y no puedes ganar siempre, pero ese reconocimiento de la grada fue muy importante. Caló más en los jugadores eso que cualquier discurso que me hubiera podido inventar.

«Cuando llegué al Real Madrid había protestas en la puerta por la situación del club. Eso me sirvió para darme cuenta de que no estábamos muertos, que había personas a las que importaba la sección de baloncesto»

-¿Cuál es su día más amargo como entrenador del Real Madrid?

-Ha habido muchos días malos, pero me suele doler más lo que ocurre en el día a día. Quizá me haya dolido más cuando me enteré de la lesión de Llull que cualquier derrota. Hay muchos partidos para pensar en uno que haya sido el peor. En siete años, claro que ha habido días malos, pero lo que yo intento en esos casos es sacar algo positivo. Las derrotas son parte de un crecimiento. Cuando estás tan cerca, como en las dos Final Four que perdimos en Milán y en Londres, claro que te marchas fastidiado, pero no puedes pensar que el trabajo de todo el año es malo solo porque una canasta no haya entrado. Hay que valorar el camino que nos llevó hasta ahí. Hemos tenido momentos muy amargos, a los que hemos sabido darle la vuelta para aprender y no caer en los mismos errores.

-¿Derrotas sin las que no habría llegado la Euroliga de 2015?

-Pues seguramente. Ese triunfo tuvo algo de liberador, porque por fin haces tuyo algo que has buscado durante mucho tiempo. Por lo que has trabajado duro, con días buenos y malos. Fue una noche muy feliz. Ganar la Copa de Europa en casa, con el apoyo de tu gente fue fantástico. No pensaba cuando empecé a entrenar, ni siquiera cuando llegué al Real Madrid, que podría ganar una Euroliga, y por eso creo que es un día que yo y todos los madridistas recordaremos durante mucho tiempo.

-¿Qué papel ha jugado Florentino Pérez en este éxito del Real Madrid?

-Creo que el apoyo que ha dado el presidente para que este proyecto sea reconocible y que la gente valore el baloncesto del Real Madrid ha sido fundamental. Lo fácil hubiera sido dejarlo todo a un lado cuando no ganábamos, pero Florentino siempre creyó en nosotros. Sin él esto hubiera sido imposible.

-¿Qué es lo primero que se propuso cuando llegó al club?

-Yo tenía claro, entre otras muchas cosas, que había que recuperar la cantera del Real Madrid. El poder trabajar con Alberto Angulo -responsable de la cantera- y Alberto Herreros -director deportivo- ha ayudado mucho, porque aunque no coincidamos en todo, compartimos una misma idea de baloncesto y cómo construirlo. Esto es un trabajo a largo plazo. Cuando Luka Doncic aparece aquí con trece años ya sabíamos que podía ser un jugador muy importante para el Real Madrid, pero para que eso haya sido así, han tenido que intervenir muchas personas. Mucho trabajo en la sombra para que sea lo que es hoy. En estos años, hemos pasado de no tener cantera a tener un equipo júnior con grandes jugadores que pueden formarse en unas instalaciones únicas en Valdebebas que les ayudan a crecer día a día. Es un esfuerzo del club decisivo para mirar al futuro con optimismo del que me siento orgulloso.

-¿Y se ve con Luka al lado el año que viene?

-No es algo que piense mucho. Si le digo que sí, no me va a cambiar nada. Y si le digo que no, tampoco. Ojalá que Doncic juegue muchísimo tiempo en el Real Madrid, pero entenderé la decisión que tome sea cuál sea, porque también he sido jugador. Sé que Luka valora mucho lo que Real Madrid le ha dado. Su crecimiento como persona y como jugador. Nos sentimos orgullosos de haberle ayudado a ser cómo es. A ver que muchos hablan de él como número uno del draft. Si se va, será una putada, pero no podemos hacer nada. Soy el primero que quiere que se quede, que no parezca lo contrario. Pero al final el devenir de cada jugador es cosa suya. Nuestra obligación es centrarnos en el Real Madrid, no en lo que vaya a hacer Luka Doncic el año que viene.

«Si se va Doncic, será una 'putada', pero no podemos hacer nada. Nuestra obligación es centrarnos en el Real Madrid, no en lo que vaya a hacer Luka»

-¿Y le gustaría que siguiera Rudy Fernández?

-El caso de Rudy es muy sencillo. Lo que él le ha dado al Real Madrid está fuera de toda duda. Ha tenido lesiones, ha estado fuera mucho tiempo, ha renunciado a la selección para estar bien y lo que vaya a pasar en el futuro no lo sé. Sólo lo sabe él. Yo claro que querría contar con Rudy en mi equipo, pero con el mejor Rudy Fernández posible. Quiero a los jugadores que son positivos y que nos pueden hacer crecer y él siempre ha sido de ese tipo de jugadores.

-Y usted, ¿dónde se ve en el futuro?

-No pienso mucho en el futuro. No es mi manera de ser. Ahora mismo, lo único que ocupa mi cabeza es el partido de mañana ante el CSKA y el viaje del fin de semana a Andorra. Si le preguntas a mi familia por lo que haremos dentro de dos fines de semana, no lo sabe tampoco. Me gusta vivir el día a día, pero si tengo que imaginarme en cinco años, le diría que me veo entrenando, porque es mi vida. No sé si estaré en el Real Madrid o no, pero sí que estaré en un banquillo de baloncesto.

-¿En el de la selección?

-Claro que me gustaría, pero creo que ahora mismo está en muy buenas manos. No sé qué pasará en el futuro, pero sí que soy muy feliz en el Real Madrid y no pienso más allá. Prefiero disfrutar de este momento. Tengo un trabajo magnífico, con una responsabilidad enorme, que me hace sentir muy orgulloso. Para un entrenador español dirigir a la selección es un honor muy grande, veremos si se da algún día. También está la NBA, de la que me atraen algunas cosas y otras que no tanto. Pero ahora mismo no pierdo ni un minuto en pensar en ese asunto.

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