Sergio Lllull levanta los brazos tras lograr la victoria ante el Barcelona
Sergio Lllull levanta los brazos tras lograr la victoria ante el Barcelona - EFE

BaloncestoSergio Llull, canastas por pura diversión

El balear cultiva la etiqueta de jugador decisivo desde que tenía 15 años y maravillaba en la liga cadete

Madrid Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Sergio Llull, el hombre de moda del baloncesto europeo, concedió su primera entrevista para un diario local de Menorca cuando tenía 15 años: «El entrenador nos dice que nos debemos divertir jugando. Yo lo hago y así es más fácil mirar el aro», resumía. Aquel chaval desgarbado maravilló a todos los que habían presenciado el encuentro de la liga de cadetes en el que Llull anotó 71 puntos y repartió 19 asistencias con el mismo descaro con el que el pasado domingo encestó la canasta decisiva en el clásico contra el Barça. «A veces la lío, pero hoy ha salido bien», relataba con naturalidad hace tres semanas tras ganar su quinta Copa del Rey ante el Valencia Basket en una final en la que anotó los últimos diez puntos del Madrid.

«Va con el carácter de cada uno. No me gusta perder y tengo la confianza de mis técnicos y compañeros que me la dan para intentarlo», explica sobre sus canastas in extremis.

No es el que tiene mejor porcentaje de tiro, ni el más alto, ni el más rápido de la ACB. Sin embargo, Sergio Llull es el hombre al que todos sus compañeros miran cuando hay que jugársela a cara o cruz. El domingo volvió a demostrar ante el Barcelona por qué Pablo Laso no duda de cuál es la hoja de ruta a seguir en los últimos segundos si el Madrid va por debajo: balón a Llull. El propio protagonista reconoció después que el guión estaba predeterminado desde la pizarra:«Era una jugada diseñada. Rudy me la ha dado, intenté forzar falta y finalmente di un paso atrás para quitarme al defensor de encima, y ha entrado», resumió. Así de fácil.

El caso es que ni la actuación en la final de la Copa del Rey ni la de este fin de semana en el clásico son una novedad en la carrera de Sergio Llull. Los más fieles seguidores madridistas recordarán aquel duelo de la Euroliga de 2010 en el Palacio de Vistalegre frente al Montepaschi Siena en el que el menorquín anotó el triple que superaba en basketaverage a los italianos y daba la segunda plaza de grupo. Ahí arrancó una saga de canastas en el último minuto que tuvo su continuación al año siguiente en la Caja Mágica contra el Fuenlabrada. Su equipo perdía a falta de cinco segundos, cuando recibió el balón de Prigioni, penetró y encestó sin opción de réplica.

Lanzamientos asombrosos

Pero quizás su canasta más recordada, porque supuso un título, fue la de la final de la Copa del Rey de 2014 ante el Barça, cuando anotó un triple desde la esquinita. Y el año pasado, llegó el más difícil todavía en La Fonteta. Tras liderar la remontada de su equipo ante el Valencia –anotó los últimos ocho puntos blancos– asombró a propios y extraños con un triple desde más de veinte metros. El mismo triple, la misma canasta decisiva que imaginaba el pequeño Sergio junto a su hermano Iván en su casa de Es Castell cuando ambos fabricaban los balones con papel y celo. Las horas muertas lanzando a canasta. Por pura diversión.

Ver los comentarios