Seis Horas de Spa

Pilotos, compañeros y no enemigos

El argentino Pechito López, rival de Alonso en Toyota por el título del WEC, representa la antítesis de lo que sucede en la F1

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Los seis pilotos de los dos coches de la escudería Toyota en el Mundial de Resistencia (WEC) cenan juntos en la misma mesa del campamento japonés en el circuito belga de Spa. Mezclan anécdotas, risotadas y bromas al estilo de lo que sucede en otros deportes de equipo (fútbol, baloncesto, ciclismo) mientras degustan un lomo de atún braseado y un cuenco de ensalada con nueces. No solo juntan andanzas y enjuician sabores. También comparten información, datos de telemetría, sensaciones al volante. El WEC, un campeonato medio desconocido en España al que Fernando Alonso sitúa en el mapa, es la antítesis de la Fórmula 1, mundo de tiburones , secretismo y puñaladas bajeras con nocturnidad. En la Fórmula 1 funciona una máxima: el compañero es el primer enemigo, recuerdo de aquel ejemplo del juego de las damas, comer o ser comido. En el WEC prima la marca, el grupo, el patrocinador que paga. No hay espacio para el individualismo y la pugna de egos.

Habla Fernando Alonso, conductor del Toyota 8, con la prensa española y se sienta a su lado el argentino «Pechito» López, tripulante del Toyota 7. Escucha lo que cuenta, interviene en la conversación e interrumpe al español como si aquello fuera un coloquio. La entrevista se va de tiempo, los periodistas preguntan y preguntan, pero no hay estrés ambiental . La misma situación se hace impensable en la F1, dos pilotos del mismo equipo en la misma mesa, la misma convocatoria de prensa, las mismas bromas. Muchísimo menos imaginable, la misma información sobre los coches.

«Es una filosofía totalmente distinta a la Fórmula 1 –resume Alonso–. El ambiente es más relajado, los compañeros son compañeros, vamos todos a una y es obligatorio compartir».

El español concursa con Nakajima y Buemi en el coche 8 del WEC. «Pechito» López mezcla con Kobayashi y Conway en el auto 7. No existe el menor síntoma de enemistad porque estamos en las antípodas de la Fórmula 1. El Toyota del argentino saldrá en primera posición de las 6 Horas de Spa, por delante del bólido del español. Hay 15 puntos de ventaja del grupo de Alonso respecto al del suramericano, pero a López, todo sonrisas, no le inquieta perder el campeonato, dice. Ofrece incluso un trato. «Podría ganar Fernando el título y ganar nosotros en Le Mans ». La carrera fetiche lo marca todo en el WEC, un antes y un después en la vida de un piloto.

No llegó a la F1

José María López tuvo el sueño de competir en la Fórmula 1, como todos los pilotos del mundo por más que hablen de las bondades de otras categorías. La F1 es lo máximo. Estuvo a punto de lograrlo con el equipo americano USF1, que no cuajó en la lista de entrada en 2010. Tenía entonces 27 años y una vida de emigrante desde su Córdoba natal hacia Europa, donde aprendió inglés e italiano, los idiomas oficiales de la F1. Hoy tiene 36 años y un recorrido por los otros mundos del automovilismo, los gran turismo, la Fórmula E, la Resistencia.

«Claro que soy reconocido en Argentina –comenta a ABC–. Pero te diré, Argentina es un país especial. Si criticamos a Messi... Allí no se tiene una dimensión clara de las cosas, de lo que supone el exterior. El fútbol es un poder muy fuerte y el deporte interior también es muy fuerte. Yo puedo ganar el Mundial de Resistencia, pero el premio al mejor piloto del año se lo darán a algún piloto que compita en pruebas locales...».

«Pechito» ha hecho buenas migas con Alonso. «Es una gran persona, y como competidor un guerrero. Su adaptación ha sido espectacular, y ya hemos visto el nivel que tiene, lo que ha hecho como piloto».

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