Luto en el boxeo

Pernell Whitaker: drogas, alcohol y una zurda de oro

Muere atropellado el mejor boxeador defensivo de la historia, con un juego de piernas endiablado y un golpe con la zocata sorprendente. Acabó con Poli Díaz. Y casi consigo mismo

Tomás González-Martín

La vida ataca a los grandes con crueles paradojas. Ángel Nieto se jugó la vida durante veinte años en el asfalto y al final murió en un quad, de vacaciones. Schumacher se jugó el pescuezo en la F-1 y el esquí le derrotó. Ayer, Pernell Whitaker, el mejor boxeador defensivo de la historia del cuadrilátero, que esquivaba los golpes con una velocidad de piernas endiablada, falleció al ser atropellado por un coche, en Virginia Beach, después de haber evitado durante tres lustros que le atropellaran a golpes Óscar de la Hoya, Julio César Chávez, Roger Roger Mayweather y el vallecano Poli Díaz. La vida te golpea cuando bajas la guardia, Pernell.

De raza negra, bajito, solo 168 centímetros de envergadura , musculado, sin un gramo de grasa, Whitaker tuvo, para muchos, la zurda más fina del boxeo. En casi todas las clasificaciones internacionales consta como uno de lo diez grandes de la historia.

Su golpe con la zocata no cumplía la teoría maximalista de la escuela, pero Pernell era tan inteligente que colocaba esa izquierda por los huecos y te dejaba K.O. antes de que pudieras pensar en qué asalto le responderías. No lo permitía. Ganó 40 de sus 46 combates y en 17 tiró a su enemigo a dormir a la lona. Y no es que tuviera un golpe insufrible, no. Tenía la técnica de sorprender y dejar atontado a su contrario.

Boxeó profesionalmente desde 1984, cuando ganó la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles, hasta 2001, cuando observó que ya no podía contestar a sus sucesores. En realidad boxeó desde 1976, cuando tenía doce años y soñaba con ser Cassius Clay.

Su capacidad física le permitió ser campeón del mundo en cuatro categorías, ligeros, superligeros, welter y superwelter. Fue quien frenó en seco la carrera de Poli Díaz, un potro tan desbocado como Pernell en sus vicios.

En 1991, Whitaker puso en juego en Norfolk los tres cinturones que poseía en el peso ligero, los pertenecientes a la Federación Internacional, la Asociación Mundial y el Consejo Mundial. Poli era su rival, ayudado en la esquina por Ricardo Sánchez Atocha. El madrileño venía de ganar 32 peleas consecutivas. Pero el estadounidense estaba en un nivel superior. El potro de Vallecas aguantó los doce asaltos, pero volvió con una costilla rota. Fue el comienzo de la cuesta abajo de Poli.

Pernell continuó su reinado durante seis años más, hasta 1997, cuando perdió sus títulos ante De la Hoya. Su K.O. vital llegó dos años más tarde, al dar positivo por cocaína tras vencer al ruso Pestryaev.

Las drogas y el alcohol fueron sus dos verdaderos rivales en la vida. Sus amigos manifiestan que solo se encontraba a gusto en el ring, porque era cuando sabía controlarse, olvidaba sus vicios y demostraba ser el mejor en lo que amaba, en lo que mejor sabía hacer. Al final, ni el boxeo, ni la cocaína, ni el alcohol. Un coche, desbocado como él, lo ha matado .

Pernell Whitaker nació en Norfolk el 2 de enero de 1964 y murió en Virginia Beach el 14 de julio de 2019. Oro en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles

84, es uno de los diez grandes púgiles de la historia, con cuarenta victorias, 17 por K.O., cuatro derrotas y un combate nulo. Fue campeón del mundo de

cuatro categorías.

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