Atletismo

Jorge Ureña, el nuevo hércules del atletismo español

Confirma su progresión con un gran récord de España de heptatlón que le hace soñar con las medallas en el Europeo

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De pequeño, a Jorge Ureña (Onil, 1993) le gustaba jugar al baloncesto. Como otros niños de su pueblo, había probado con otros deportes como el atletismo, el fútbol, la natación o la orientación, pero se había enamorado de la canasta por aquello de jugar con sus amigos. Fue entonces cuando su padre –decatleta profesional– le rescató y fue poco a poco devolviéndole al tartán, de donde Jorge no ha podido volver a separarse.

José Antonio Ureña ha sido maestro y espejo para su hijo, al que ha ido modelando junto a Jesús Gil hasta convertirlo en una de las grandes promesas del atletismo mundial. «Yo he crecido imitando a mi padre. Él fue mi primer ídolo, al que quería emular primero y superar después.

Luego ya me fui fijando en otros atletas que se parecían a mí físicamente como Bryan Clay y me dije que si él podía ganar Mundiales y medallas olímpicas yo también podía», reconoce Ureña a ABC pocos días después de haber batido su propio récord nacional de heptatlón.

En las pistas de Onil, Ureña ha crecido junto a Eusebio Cáceres, talento de la longitud nacional y uno de sus mejores amigos. Juntos fueron dando pasos hacia la élite del atletismo. Compartiendo sueños e inquietudes. «Hemos compartido muchos buenos momentos dentro y fuera de la pista. Hubo una época en la que teníamos un pique muy importante jugando al billar. Lo pasábamos bien y, aunque ahora se ha trasladado para entrenar en Madrid, seguimos viéndonos», señala.

Pensando en el Europeo

Dedicarse a esta modalidad atlética en España no es fácil. De hecho, desde la inesperada medalla de Antonio Peñalver en Barcelona 92 esta disciplina que aúna varias pruebas ha pasado casi desapercibida en el país. «Entrenar el decatlón exige mucho esfuerzo y dedicación. Hay que aprender muchas técnicas diferentes y ser muy constante y regular en la competición», apunta el menudo atleta alicantino, que no renuncia a convertirse en uno de los protagonistas del próximo Europeo de pista cubierta. «Me gustaría mucho brillar por fin en un gran campeonato. Romper esa mala racha que he tenido y tratar de acercarme a las medallas», afirma. Lo conseguirá si repite o se acerca a su reciente récord de España, algo que está en sus manos. «Creo que hay muchas pruebas en las que tengo margen de mejora, así que claro que me queda camino por recorrer», asume el alicantino.

Dicen los que le conocen, que su principal virtud no está en sus piernas, sino en su cabeza. A pesar de medir poco para el canon de decatleta perfecto, Ureña se las ha apañado para competir siempre con los mejores gracias al entrenamiento y a su capacidad de competición. «Es de esos atletas que se crece en los campeonatos sin importarle qué rival tiene al lado. Es mucho mejor compitiendo que entrenando, algo que es clave en cualquier deportista», señala Alberto Armas, su representante y uno de los que mejor le conoce.

Desde que era un niño, Jorge destacó por su velocidad, algo que resulta de vital importancia para un decatleta. De joven, se le atragantaban los lanzamientos y la pértiga, aunque en los últimos meses ha demostrado un avance espectacular que le ha acercado a la élite de esta disciplina. En Praga, Ureña se fue hasta los 13,92 en peso y saltó por encima de los cinco metros en pértiga, lo que refuerza su trabajo y le hace soñar pensando en Zagreb, la cita que tiene entre ceja y ceja después de no haber podido ir a los Juegos Olímpicos por un fallo en el disco.

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