El alpinista español Carlos Soria, con el Annapurna al fondo
El alpinista español Carlos Soria, con el Annapurna al fondo
Alpinismo

Carlos Soria, una vida cuesta arriba

Al alpinista español de 77 años le faltan solo dos para hollar los catorce ochomiles, las montañas más altas del planeta

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De pequeños, con inocente ilusión, numerosos muchachos sueñan con ser amafados futbolistas. Carlos Soria (Ávila, 1939) no era uno de ellos. Él lo tenía claro. «De mayor quiero ser alpinista». Hoy, con 77 años en sus piernas, solo le quedan dos para hollar los catorce ochomiles, las montañas más altas y difíciles del planeta. «Hace falta tener ilusiones, tener sueños que cumplir», asegura. Y metas no le faltan. Concretamente dos, pues está inmerso en el reto de ser la persona de más edad que escale los catorce picos más cercanos al cielo.

El alpinista abulense se aficionó a la montaña a los 14 años, cuando recorría las cuestas de la sierra de Guadarrama junto a su inseparable amigo Antonio Riaño.

Carlos Soria, adalid de la naturaleza, no ha dejado desde entonces de patearse rutas y escalar paredes por verticales y peligrosas que sean. Con 21 años, y con la misma ilusión que hoy, se aventuró a viajar hasta los Alpes para realizar su primera escalada de temeraria dificultad. Se acababa de forjar una leyenda del alpinismo.

Carlos Soria en el Kanchenjunga (8.586)
Carlos Soria en el Kanchenjunga (8.586)

Llegado 1968, Soria formó parte de la primera expedición española que se adentró en el monte Elbrus, la montaña más alta de Europa con 5642 metros hollando la cima con éxito. Tres años más tarde conquistó el pico de McKinley (6194 metros) en Alaska, llevando el nombre de España hasta el lugar de mas altitud de Norteamérica. Ya era un alpinista de un nivel espectacular, pero la consagración llegó con las excursiones al macizo más temido: el Himalaya.

Su primer ataque a un ochomil se produjo en 1973 aunque no consiguió ascenderlo. Soria, hombre tozudo y con altura de miras, logró 37 años después, en 2010, plantar sus huellas en lo más alto del monte Manaslu. Reto conseguido. Eterna superación. El comienzo de su leyenda llegó en Pakistán. Año 1990. El abulense hizo cima en el Nanga Parbat (8125 metros) junto a Pedro Nicolás. Ni el edema sufrido dos años atrás pudo con este devorador de macizos. Piernas de élite y corazón de guerrero.

Multitud de problemas físicos y amigos fallecidos en la ardua tarea de enfrentarse cara a cara al monstruo de la naturaleza no impidieron a Soria seguir con sus metas. Cuando descendía una montaña en su cabeza tenía la siguiente ascensión. Así holló las cimas del Gasherbrum II (8035) en 1994, Cho Oyu (8201) en 1999 y el Everest (8848 metros). Con 62 años miró a los ojos del coloso de mayor tamaño al que se ha enfrentado. Casi siempre solo, únicamente acompañado de los fieles sherpas. El alpinista español tiene el honor de haber escalado diez ochomiles con más de 60 años. Uno nunca se jubila de la montaña, pensará. Con 65 años plantó la bandera en el K2 (8611 metros). Como el vino, mejorando con los años. Tres primaveras más en sus piernas y estaba contemplando el horizonte desde el Broad Peak (8047 metros).

Carlos Soria mira al Annapurna (8.091)
Carlos Soria mira al Annapurna (8.091)

Sin tiempo para pensárselo, ni para perder el tiempo, se enfundó su equipo en 2008 y no frenó hasta hacer cima en el Makalu (8465 metros) ascendiendo solo y sin oxígeno. Un respiro. Y al ataque de nuevo. Gasherbrum I (8068 metros) conquistado. No ha habido avalancha que pueda con Soria. Proeza tras proeza llegó al monte Manaslu (8156 metros), que más de tres décadas atrás se le había resistido. Tenía una cuenta pendiente y la tenía que saldar con 71 años. El abulense no descansa, solo prepara la siguiente expedición. Pertrecho y a hoyar el Lhotse (8516 metros). Adicción por las montañas de Nepal. Hace dos años revolucionó el himalayismo con su cumbre junto a la «Expedición BBVA» en el peligroso Kanchenjunga (8586 metros). Quién dijo miedo. Este mismo año, a sus 77 años, reventó todas las expectativas subiendo hasta el pico del Annapurna (8091 metros).

Todavía le quedan energías. Un hombre incombustible, que pretende completar con las dos cumbres de más de ochomil metros que le faltan (Shisha Pangma y Dhaulagiri) esta increíble gesta. Allí donde la naturaleza besa el cielo Soria quiere dejar su huella. Un alpinista de raza, irrepetible, que seguirá viviendo cuesta arriba. Al filo de lo imposible.

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