Brooks Koepka se hace mortal, pero gana en Bethpage

Nadie dijo que ganar un grande fuera una tarea fácil. Ni siquiera cuando se partía con siete golpes de ventaja en la última jornada. Nadie en la historia había perdido esa renta y Brooks Koepka no quería ser el primero en hacerlo, pero a falta de cuatro hoyos estuvo a punto de echarlo todo por la borda. El de Florida encadenó cuatro bogeys consecutivos entre los hoyos 11 y 14 mientras que Dustin Johnson tiró de todo su arsenal para acercarse a solo un impacto ( menos 9 a menos 8 ).

Sin embargo, en ese tramo final Koepka logró serenarse y sacar a la luz todo ese temple que había lucido en las jornadas previas. Aunque la dinámica estaba completamente en su contra, lanzó un misil portentoso en el 15 que le tranquilizó y le permitió llegar al desenlace con la tensión contenida. En contra de lo previsto, fue su rival el que empezó a venirse abajo y, con dos errores en el 16 y el 17 volvió a colocarse tres impactos por detrás .

De esta forma, aunque Brooks pinchó en el penúltimo, pudo afrontar el definitivo con dos de renta que a la postre sería el resultado que quedaría reflejado para los anales de la historia ( ocho bajo par ) en el trofeo Wanamaker . Es el segundo jugador después de Tiger Woods en ganar el torneo de forma consecutiva y se consagra como el más efectivo en los majors en los últimos tiempos, pues ha ganado cuatro de los últimos siete disputados.

El número uno mundial es el justo premio que, desde mañana, se sumará a las celebraciones que le esperan hasta que defienda el título en el Open de Estados Unidos del próximo mes de junio.