Gimnasia artística

Así es el «Biles», el espectacular salto de Simone Biles

La gimnasta regresa a la competición, en el Mundial de Doha, tras sus cuatro oros en Río 2016 y un año sabático

Simone Biles AFP

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«La piedra en el riñón puede esperar», afirmaba desde el hospital de Doha una sonriente Simone Biles apenas unas horas antes de que comenzara el Mundial de gimnasia de Doha -hasta el 4 de noviembre-. Lo primero, la competición. Sobre todo después de brillar en los Juegos Olímpicos de Río y tomarse un merecido descanso en 2017. Las vacaciones se terminaron en agosto y la estadounidense calibra en Qatar su preparación hacia Tokio 2020.

Por sus movimientos, sus expresiones y sus resultados -primera en el concurso completo- en la jornada de clasificación de ayer, la piedra del riñón ni asomó en su costado, aunque la competición solo ha comenzado y Biles mejora con la adrenalina . Aspira al pleno de cinco oros incluyendo la modalidad por equipos y, por supuesto, en la general individual. A su modo, como si fuera fácil.

Es lo que ha demostrado desde su aparición en el mundo de la gimnasia. Diez oros mundiales repartidos entre Amberes 2013, Nanning (China) 2014 y Glasgow 2015, además de dos platas y dos bronces. Y su eclosión definitiva, por si había dudas de su calidad, en los Juegos de Río. Con solo 19 años confirmó al mundo que habrá un antes y un después con ella. Ganó cuatro oros (equipos, individual, salto y suelo) y un bronce (barra de equilibrio). Solo era el comienzo.

Pero para volver a la acción, Biles ha pasado un año de viajes, compromisos con patrocinadores, programas de televisión (participó en «Bailando con las estrellas») y desconexión absoluta de la gimnasia , salvo para levantarse por ella y todas sus compañeras como superviviente de los abusos de Larry Nassar . En octubre de 2017 decidió que quería volver a sus aparatos. En diciembre se encerró en el gimnasio y preparó su vuelta, con nuevos entrenadores (Laurent Landi y Cecile Canqueteau-Landi), y recondujo su ambición y su deseo de continuar en lo más alto. Aunque incluso ella tuvo dudas de si sería la misma que deslumbró en Río, la gimnasia había seguido girando en su ausencia. Descubrió su hambre en los nacionales de Estados Unidos en agosto. A punto estuvo de quedar segunda tras cinco años en lo más alto por un regular ejercicio de suelo. En la final, desbarató las dudas con la nota más alta en el concurso completo desde su propia puntuación en Río.

Tiene tiempo para pulir los detalles de sus nuevos «espectáculos» para la cita olímpica, mejorados y con más dificultad en los que ya era la mejor. De momento, ayer fue líder de la clasificación general el primer día del Mundial. Biles vuelve a sonreír.

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