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Rory McIlroy, Jason Day y Jordan Spieth disfrutan y promocionan el golf a nivel mundial - Reuters

Golf | MastersAugusta apadrina la nueva era del golf mundial

Day, Spieth y McIlroy recuperan el protagonismo histórico del «Big Three» de Palmer, Nicklaus y Player

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Ochenta años de historia dan para mucho, sobre todo cuando se habla del Masters de Augusta. El torneo que soñó Bobby Jones en los campos de su Georgia natal ha visto pasar por sus calles a los mejores jugadores de golf del mundo y, además, ha sido protagonista de algunas de las grandes revoluciones que ha habido en este deporte con el correr de los tiempos.

La primera de las novedades fue la introducción de las retransmisiones televisivas en 1956, que cumplen ahora sesenta años. Y lo más curioso es que se han mantenido fieles las dos partes contratantes: el Augusta National y la CBS. Es cierto que se trata de una relación muy peculiar (el exclusivo club les cede los derechos muy por debajo de su valor de mercado a cambio de controlar los contenidos y la cantidad de publicidad) y que las horas de emisión son muy limitadas.

Pero la calidad es tanta que los aficionados no dudan en pasar por alto estos detalles con tal de asistir al primer gran espectáculo de la temporada.

También fueron precursores en cuanto al establecimiento del resultado por encima o por debajo del par del campo, en poner cuerdas para los espectadores, en colocar calefacción bajo los «greens»... pero lo que mayor beneficio ha producido al mundo del golf fue su escaparate permanente de los mejores embajadores que ha habido en su historia: los componentes del «Big Three». Los dioses del deporte quisieron unir en una misma generación a tres genios (Arnold Palmer, Gary Player y Jack Nicklaus) que coincidían en su pasión por el juego, la inteligencia y la apertura de miras. De manera que, encabezados por «el Rey» Palmer y su Armada, fueron recorriendo el mundo para exhibirse en unas batallas épicas en las que el «fair play» fue un punto determinante. Con siete, nueve y dieciocho salmones, respectivamente, llevaron la competitividad y el conocimiento del golf a sus cotas más altas durante décadas. Y todos los años (y aún lo siguen haciendo), Augusta es su lugar de encuentro.

Sin embargo, el paso de los años ha hecho que los gustos del público fueran acercándose a jugadores de menor edad que los entrañables maestros octogenarios. Desde que se instituyó el ranking mundial ha habido grandes nombres en lo alto que han contribuido a la promoción del golf (Bernhard Langer, Nick Faldo, Greg Norman, Vijay Singh, Seve Ballesteros o Tiger Woods) pero siempre lo han hecho a título individual, sin una competencia clara que desatara pasiones. Justo lo que está sucediendo en estos momentos.

Las tres figuras que encabezan ahora la tabla tienen varias cosas en común que les da esperanzas de cara a perpetuarse mucho en el tiempo. Son menores de treinta años, todos han ganado ya un grande (Rory McIlroy, 4; Jordan Spieth, 2 y Jason Day, 1), entre los tres acumulan cinco de los últimos seis disputados y se motivan especialmente en estos campeonatos. Pero lo que más esperanzas ofrece de cara a una nueva era, para captar más aficionados y la atención de los medios de comunicación, es que son chicos normales y buenos amigos entre sí. Para vender los valores del golf, lo primero que hay que hacer es comulgar con ellos.

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