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Imagen de la Indy500 de 206, ganada por Alexander Rossi - IMS

500 Millas de IndianápolisAsí es la Indy 500: la gran carrera americana

El óvalo de Indianápolis acoge desde 1911 una prueba multitudinaria, con hasta 257.000 espectadores, y plagada de tradiciones

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«Ladies and gentlemen, start your engines!». O traducido: «Damas y caballeros, ¡enciendan sus motores!». La orden de salida de las 500 Millas de Indianápolis es solo una más de las muchas tradiciones de esta carrera legendaria que se disputó por primera vez en 1911, y que Fernando Alonso disputará de forma sorpresiva este 2017.

Se trata de uno de los grandes eventos del motor mundial, junto a las 24 Horas de Le Mans o el GP de Mónaco de Fórmula 1, la carrera a la que precisamente renunciará el asturiano para poder competir en la Indy500, la denominación más aceptada para la carrera.

El Indianapolis Motor Speedway, el circuito donde se celebra la prueba, es un impresionante óvalo de poco más de 4 kilómetros de longitud que pasa por ser el escenario deportivo de mayor capacidad en el mundo: 257.000 espectadores.

El trazado cuenta también con variantes en el interior del óvalo, utilizadas entre otras carreras en el antiguo GP de Estados Unidos de Fórmula 1 o en el Mundial de MotoGP.

La zona más característica del circuito es su línea de meta, que mantiene los ladrillos originales con los que se construyó el circuito. Ninguno de los reasfaltados posteriores ha modificado esa histórica yarda.

La Línea de salida del Indianápolis Motospeddway, con su característica yarda de ladrillos
La Línea de salida del Indianápolis Motospeddway, con su característica yarda de ladrillos - IMS

Actualmente, las 500 Millas de Indianápolis forman parte del calendario de la IndyCar, la principal competición de monoplazas de Estados Unidos, que aún está lejos de alcanzar la popularidad y la visibilidad de la Nascar. Desde la fusión que hubo en 2005 con la Champ Car, la IndyCar mezcla las carreras en óvalos con otras en circuitos permanentes e incluso urbanos. En Indianápolis, los pilotos tardan unas tres horas en cubrir las 200 vueltas al circuito de las 500 Millas.

Anteriormente, la Indy500 formó parte también del calendario del Mundial de Fórmula 1 entre 1950 y 1960, y después de esa fecha han sido muchos los pilotos de F1 en tomar parte en la prueba, unos con más éxito que otros. De los recientes, el más renombrado es Juan Pablo Montoya, campeón en Indianápolis en 2000 y 2015. El colombiano ganó la prueba antes de ingresar en la Fórmula 1, y también después de salir. Montoya, ganador también del GP de Mónaco, es uno de los pilotos que están cerca de obtener la Triple Corona del automovilismo. Solo le faltan las 24 Horas de Le Mans. Montoya es, a día de hoy, el único ganador de habla hispana en la Indy500.

Curiosamente, Fernando Alonso no pudo ganar nunca en Indianápolis en los años en los que el circuito estadounidense regresó con su trazado tradicional al Mundial, entre 2000 y 2007. Y eso, pese a que esa vuelta coincidió con los años dorados del asturiano en Renault. Michael Schumacher sumó cinco triunfos, por uno de Rubens Barrichello, Mika Hakkinen y Lewis Hamilton.

Alonso correrá la Indy500 con el equipo Andretti, ganador el año pasado con el estadounidense Alexander Rossi, al igual que Alonso, debutante en esa edición. El monoplaza, de chasis Dallara, cuenta con un motor Honda V6 turbo de 2,2 litros que rinde unos 700 caballos en trazados como el de Indianápolis.. El fabricante japonés es uno de los más laureados en Indianápolis, con 11 triunfos.

Nada más acabar el GP de España en Montmeló (14 de mayo), Alonso tendrá que trasladarse a Indianápolis, porque el programa previo a las 500 Millas es extenso, con varios días de entrenamientos libres y, una semana antes, el Pole Day, una cita casi tan importante como la carrera, en la que se decide la parrilla de salida.

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