Fiesta Nacional

Toros: reflexiones sobre San Isidro

La feria más larga del circuito llega a la cuarta semana de festejos con triunfos y toreros reforzados

Manuel Escribano EFE

Lorena Muñoz

Tres semanas de toros . Tres semanas en la –que dicen que es– la plaza más importante del mundo y en la que se va a decidir gran parte de la temporada y del futuro del escalafón. En 19 de los 34 festejos con los que cuenta la Feria de San Isidro ya celebrados ha habido triunfos, sorpresas, decepciones y demasiadas cornadas.

Así lo entiende el periodista Álvaro Acevedo que está viendo una feria «más brillante que otros años , con mayor competencia entre toreros y en la que, además, están irrumpiendo con fuerza toreros con los que en principio no se contaba tanto». Para el director de la revista «Cuadernos de Tauromaquia», esta nueva hornada «está intentando derribar el statu quo del toreo a pesar de la resistencia de las empresas taurinas».

Esa es la realidad de una feria que está dando para mucho y está teniendo un gran interés para el aficionado y el espectador . Mucho se habló de unos carteles con el bombo y sin figuras, ante las ausencias de Enrique Ponce, Morante de la Puebla o José María Manzanares ya que El Juli entró por la puerta de atrás y acabó más que bien colocado.

«Se ha vendido así pero lo cierto es que Ponce no está porque está herido , Talavante está retirado , Morante tampoco estuvo en 2018 y José Tomás lleva años sin anunciarse. A causa del bombo el único que no está es Manzanares, por cierto en horas bajas», asegura Acevedo.

De las figuras, el auténtico reforzado hasta el momento es Roca Rey, que abrió la puerta grande con la de Parladé después de resultar cogido y cumplió con solvencia en su apuesta salida del sorteo con la de Adolfo Martín. Aún le queda otra tarde. «El peruano ha ratificado su condición de primerísima figura», apostilla Acevedo.

Ha habido más puertas grandes. La cuestionada de Miguel Ángel Perera y las apoteósicas de un inspiradísimo Antonio Ferrera y David de Miranda, en su confirmación, después de sufrir un calvario con una lesión medular. Y orejas para todos los gustos, entre las que destacan las de Paco Ureña que se enfrentó a los fantasmas de Alcurrucén, ganadería del percance del ojo en Albacete, y las de Román y Emilio de Justo en el centenario de los albaserrada y el público siempre de parte de los toros.

Todavía quedan dos semanas, es verdad, pero no podemos olvidar la actuación de los sevillanos. El Cid se despidió de Madrid y Manuel Escribano pagó de nuevo con su sangre. Juan Ortega apuntó maravillas ante en vendaval. Y Pablo Aguado es el soplo de aire fresco para la fiesta. Una feria más brillante con más competencia entre toreros y la irrupción de los que no contaban.

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