Toros

Oliva Soto rinde tributo a su tío Soto Vargas con una gran tarde de toros en Camas

El joven sevillano demostró una gran madurez en su toreo, cortó seis orejas y dos rabos e indultó un toro de Bohórquez

Oliva Soto, durante la corrida-homenaje PEPE ORTEGA

Lorena Muñoz

El reloj marcaba las siete y treinta y cinco. El sol caía en la tarde. Oliva Soto alzó la montera. Ese brindis al cielo era el motivo que había reunido al torero con la afición de Camas y Sevilla. El homenaje a su tío Ramón Soto Vargas , que dejó la vida en el albero de la Maestranza hace veinticinco años. No pudo ser en mejor momento, en el cuarto toro de la corrida.

El diestro había salido a cambiarse de terno y apareció en la plaza con un elegante traje de terciopelo burdeos y azabache con las medias blancas. El primer lance de capote fue de rodillas, una larga cambiada. Al comenzar con la muleta, la banda de música empezó a tocar Caridad de Guadalquivir . Fue un momento mágico. Oliva Soto se gustó en cada movimiento, toreó despacio a pesar de que el toro no servía para el triunfo. Lo llevó a media altura cuando lo pidió, con cadencia y ritmo. Y a cámara lenta cuando logró meterlo en el engaño, cosido a la muleta. Una estocada remató la faena que acababa de crear. Las dos orejas y el rabo fueron el premio merecido.

Lo mejor estaba por llegar. Sentado en una silla con la montera calada, como en las estampas antiguas, comenzó con el quinto. La primera serie con la diestra, de hondura y pureza, tuvo muchos quilates. Lo ratificó con la zurda en una labor en la que se permitió hasta firmar una serie de rodillas muy templada antes de hacer un cambio de mano de cartel. Sin duda, faenón de un Oliva Soto cumbre ante el mejor toro del encierro. Hubo tiempo para una serie de molinetes y otra de manoletinas cuando se empezó a pedir el indulto. Volvió a sonar la música y al final el presidente sacó el pañuelo naranja.

Lo de menos era lo reglamentario o no del indulto sino la dimensión que había dado el sevillano en una tarde especial y llena de emociones. Para el torero era su primer paseíllo en España , la primera vez que se encerraba en solitario y ante sus paisanos, en la vuelta de los toros a Camas después de más de cuarenta años. Alfonso solventó su compromiso con capacidad, oficio y buen toreo. Estuvo firme y con raza en el manso tercero con el que se la jugó en las tablas y le cortó dos orejas al segundo del encierro después de que Alejando Rodríguez, abriera plaza a caballo y también cortara un trofeo.

Oliva Soto le rindió el mejor homenaje a Soto Vargas y le brindó un toro a su primo Ramón, hijo del recordado banderillero . Alfonso vistió el precioso traje de luces que llevó en la Maestranza una de las dos tardes del Conde de la Maza, hierro al que pertenecía el novillo que hirió de muerte a su tío. En 2010, tras una gran actuación que pinchó con la espada, la crónica de Fernando Carrasco le recordaba que le debía una Puerta del Príncipe a la afición sevillana y a su tío Ramón . Con este triunfo ahora es el torero quien reclama una nueva oportunidad en Sevilla.

PLAZA DE TOROS DE CAMAS

Cinco toros de distintas ganaderías 1º de Peralta para rejones, dos de Lagunajanda (2º y 4º) y dos de Fermín Bohórquez, bien presentados y juego desigual. El 5º, Agradecido, nº110, 520 kilos, fue indultado.

ALEJANDRO RODRÍGUEZ chaqueta gris y calzón azul. Rejón (oreja)

OLIVA SOTO de azul Carretería y oro y de terciopelo burdeos del Cerro y azabache. Pinchazo y estocada (dos orejas); dos pinchazos y estocada (silencio); estocada (dos orejas y rabo) y dos orejas y rabo simbólicos.

Media entrada. Corrida homenaje a Ramón Soto Vargas en el 25º aniversario de su muerte.

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