CON SU PERMISO

Mejores los cuatreños

El matador colombiano Luis Bolívar, da un pase a su de muleta a su segundo enemigo de la tarde EFE/Raúl Caro

Alfredo Casas

Cada uno de los tres lotes del encierro de La Palmosilla emparejó toros cuatreños y cinqueños. Corrida la de Javier Núñez de irreprochables y sevillanas hechuras. Pareja, hermosa, seria y cuajada al mismo tiempo.

Rompió plaza «Nostalgia», un aleonado ejemplar, de blanda condición, que escarbó, echó las manos por delante y arrastró los cuartos traseros. Afligido en tablas tras recibir el segundo puyazo, el negro cinqueño a duras penas se mantuvo en pie en el transcurso de la faena de muleta. Completó el lote de Bolívar un astado de prominente morrillo y más recogido que sus hermanos de encierro que, a pesar de su remisa salida y de lo que se descompuso al sentir los arpones de las banderillas, siempre fue a más en la estructurada y templada faena del «negro» colombiano. Encontró Luis el notable fondo de «Destilado», un cuatreño de encastadas y profundas embestidas, noble celo y larga duración . Escuchó una justa ovación en el arrastre.

Guapo a más no poder, el segundo de la tarde se desplazó con un punto de informalidad tras los capotes y no se empleó en los petos del caballo. De viva e incómoda movilidad inicial -en varias ocasiones debió de ser cortado desde los burladeros-, «Goloso» fue un toro pronto, con transmisión, de largo recorrido e incansable motor. Pesó un mundo en la muleta por su exigente condición y también fue premiado con los aplausos del respetable . Al segundo toro de Adame, conocedor de los corrales del coso del Baratillo, y de Zaragoza, le sopló Fernando Sánchez un extraordinario par de banderillas. Exigió «Mirlillo» por su buen pintón derecho sitio y pulso. Dos condiciones que el diestro mexicano no logró gestionar.

Para Rafa Serna fue un ofensivo e imponente castaño con manos de cristal. En el límite del bien y del mal. Mantenido por la presidencia a pesar de las protestas de un minoritario sector del respetable, «Capricho» se deslizó por el pitón izquierdo haciendo gala de una extraordinaria clase. Lástima que sólo lo hiciera tras un largo tiempo muerto que impidió la ligazón de los muletazos . Y ya se sabe que sin ligazón no hay paraíso. Con todo, Serna firmó media docena de naturales de altos vuelos. Al cinqueño que cerró tarde se le vio su mansa y díscola condición desde su salida por toriles. Imposible de veras, el gazapón y mirón «Papeles» impidió el más mínimo lucimiento de su lidiador.

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