Juan Ortega y David de Miranda clausuran las lecciones magistrales

Ambos diestros fueron protagonistas de las XVIII Lecciones Magistrales del Aula Taurina de Sevilla

Los toreros, junto al periodista sevillano Emilio Trigo y al director de la Escuela Taurina de Sevilla, Miguel Serrano Raúl Doblado

Jesús Bayort

Una tarde marcada a sangre y fuego. La temporada 2018 de Juan Ortega y David de Miranda se podría definir como si de un título de Chaves Nogales se tratase. Ambos fueron protagonistas de las XVIII Lecciones Magistrales del Aula Taurina de Sevilla, que moderó el periodista sevilla Emilio Trigo.

Ambos diestros departieron durante la jornada de ayer en el salón de carteles de la Real Maestranza sobre aquella tarde crucial con la que enarbolaron su campaña. Madrid y Huelva . Dos puertos de montaña del mes de agosto de los que salieron victoriosos.

Juan Ortega reconocía que ese 15 de agosto en Las Ventas pasó del más absoluto ostracismo en el que se había visto inmerso. «Hasta aquel día Madrid había sido muy duro para mí. Yo antes llegaba al patio de cuadrillas y lo veía oscuro y tenebroso. Cuando llegué esa tarde y me resultó que era hasta bonito me di cuenta de que ese día podían pasar cosas».

Confiada su carrera desde hace dos años en el torero astigitano Pepe Luis Vargas , Ortega afirma haber encontrado a la persona que mejor le puede entender y que además le ha «ordenado» taurinamente. Hasta que conoció a su mentor, el torero basaba sus entrenamientos de la forma más pragmática. Ahora prioriza otros aspectos que antes ignoraba: «Pepe Luis me hizo darme cuenta que debía entrenar aquello que fuera capaz de hacerle a un toro ».

David de Miranda señaló su triunfal corrida en La Merced de Huelva como el punto álgido de su temporada. Allí reapareció el pasado 3 de agosto tras esta r casi un año en el dique seco por una grave lesión provocada en la plaza de Toro (Zamora).

Miranda aseguró que « el torero salvó a la persona ». El diestro tuvo cuatro fracturas vertebrales , además de una importante afectación medular. Los médicos lo tomaban por loco cuando hacía mención a volver a ponerse el chispeante.

Sobre su tarde más difícil, sin dudas, señala la vuelta a Toro: «No fue fácil volver a vestirme de torero en la misma plaza en la que casi pierdo la vida, pero me sirvió para cerrar el paréntesis que tuve que abrir en mi carrera».

Preguntados por el bombo de Madrid, ambos toreros sienten esta novedad como una oportunidad para poder acartelarse con figuras del torero. Aunque a Miranda le parecería más correcto que se sorteasen la totalidad de las corridas de San Isidro.

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