El sistema «fantasma» del toro y el caso Bilbao: como la tabla del uno

Ruina taquillera los primeros días de feria, con entradas desoladoras en los tendidos

Pablo Hermoso de Mendoza, en una tarde de rejones de paupérrima entrada Efe

R. Pérez

«Si llueve, la gente no viene a la plaza». «Si sale el sol, la gente se va a la playa». En esto del toro hay excusas para todo. ¿Y soluciones? Ah, señores, eso es otra cantar. A veces da la impresión de que el sistema (fantasma) del toro está como la tabla de multiplicar del uno: todo da igual, todo sigue igual.

Da pena Bilbao, con más butacas vacías que en esas películas que retiran de cartelera la misma noche que se estrenan. Desolador.

El petardo de los señores petardos estuvo ya en el aperitivo, con los dos Hermoso de Mendoza en el cartel. Clama al cielo la «no» contratación de Diego Ventura , el caballero de más tirón en la actualidad. Y clama al cielo tanto del que lo imponga como del que lo consienta. Si al maestro Pablo le compensa dejar esa herencia a su hijo Guillermo, solo él lo sabe.

La ruina taquillera continuó el domingo, con los toros de Victorino, y el lunes, con los de Torrestrella. Incluso el martes: que Enrique Ponce y Diego Urdiales , dos de los toreros más consentidos en Bilbao, apenas congreguen media plaza es un desastre que se viene arrastrando desde hace años. Solo ayer se vio la entrada más saludable con El Juli y Manzanares.

Con la taquilla marchita como la frente del tango de Gardel (aunque aquí lo de «que veinte años no es nada»...), con notas de nostalgia, la polémica en las redes sociales la ha suscitado la sustitución de hoy de Pablo Aguado. Luis David Adame ocupa su puesto. En el momento de la sustitución, el mexicano era el triunfador numérico, que no artístico (con permiso de la subjetividad en el arte). Luis David se las vio con un emocionantísimo toro de Torrestrella que hubiese desbordado a medio escalafón (y el otro medio no sabemos porque nunca se anunciaría con los de don Álvaro Domecq). La cosa es que al mexicano los pocos que pasaron por taquilla le pidieron las orejas, y el presidente, por cierto, ni se lo pensó tanto como sí se lo ha pensado en otras ocasiones...

Para quien esto firma y para muchos aficionados la faena más rotunda de Bilbao llevaba hasta entonces, a años luz de las demás en esa manera de tragar y ponerse de tan de verdad, la firma de Emilio de Justo . Y el extremeño hubiese sido el sustituto natural. Pero la decisión es de los que contratan y la de los que juegan con su dinero (jugar con el dinero de otros es como echar una partida al «monopoly»). En tiempos de crisis taquillera, la empresa y los que se reparten los billetes parecen haber preferido que lo poco que hay se quede en casa.

Tomada la decisión por parte de la empresa, lo que se antojan inadmisibles son ciertas descalificaciones (de insultos) hacia el mediano de los Adame. Menos preparados los hay a veces en carteles de más relumbrón y casi todos callan. Eso sí, cuando llegue la temporada mexicana, allá que las figuras buscarán a los Adame... Pero esa es otra película.

Grave, muy grave, es el estado de la plaza de Bilbao -a lo que, como en otras este verano, se ha sumado la baja del taquillero Roca Rey -, que transitó los primeros días entre el coma y la extremaunción y que para sostenerse necesita de lo que deja la televisión. Ojalá la tónica de ayer se mantenga (y supere) en los días que restan.

Lanzo una pregunta: ¿por qué en lugar de preocuparse en rebajar gastos, las empresas, en general, no se preocupan de vender más entradas? Si el tiempo que se pierde en interminables horas de negociación post-corrida, se invirtiese en política de promoción y venta de entradas , ¿qué pasaría? El mundo del toro tiene mucho trabajo por delante si quiere abandonar la tabla del uno.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación