Roca Rey conquista México en tarde de bronca para Morante

El peruano corta dos orejas al octavo toro en una corrida que se puso cuesta arriba

Roca Rey pasea las dos orejas del último toro en La México Luis F. Hernández

Guillermo Leal

Por fin, el peruano Andrés Roca Rey , héroe de mil batallas en Europa y Francia, conquistó la Monumental de México. De no ser así, el público, que abarrotó los tendidos numerados, se hubiese ido decepcionado de una corrida de gran expectación y que caminó cuesta arriba.

El valor del andino y sus enormes deseos de lograr el tan anhelado triunfo tuvieron la fortuna de toparse con un astado bueno, bravo y con emotividad. Con la gente ya aburrida, el capítulo exitososo ocurrió en el último toro, y los espectadores vieron en esa obra su última esperanza para la emoción. Y así fue...

Las ajustadísimas gaoneras y chicuelinas tuvieron su cereza con un vibrante inicio de faena en los medios de rodillas, trepidante y cautivante. Roca supo darle distancia y tiempo y en la segunda parte de su labor terminó por consolidar esa pasión que ya había surgido en el ambiente. Los pitones le rozaban los bordados del traje de torear y en cada bernadina se dejaba la vida . Firmó todo ese cúmulo de emociones con una estocada perfecta, por la que consiguió cortar dos orejas y salir en hombros de la Plaza México, un momento que inolvidable para el peruano.

Roca Rey inició su faena de rodillas en los medios Luis F. Hernández

Una vez más en el pecado llevó la penitencia Morante de la Puebla, un genio del toreo que el domingo no lo pasó bien con su primero, un toro áspero de Xajay al que con decoro se quitó de enfrente.

Sin embargo, es inexplicable que el torero o su apoderado no hayan entendido -como otros toreros españoles- que la ganadería de Teófilo Gómez , pese a ser una de las de mejor procedencia, no es querida en La México. Los escándalos provocados por la presencia de algunos de sus animales le han dado tal fama que si echan a un toro del Conde de la Corte para Madrid, pero lo anuncian como de Teófilo, lo protestan... Y eso sucedió ayer: el toro fue devuelto por el juez a los corrales a petición del público, no por chico, sino por «teófilo» . El sustituto fue de Los Encinos y aunque Morante estaba haciendo un esfuerzo, el público soltó varios silbidos y el sevilano abrevió.

Joselito Adame había estado verdaderamente bien en su primero, un astado bueno y noble de Santa Bárbara al que le dio muletazos muy largos y templados. Mucho mérito tenía el hombre de estar ahí con el escroto suturado y recuperándose de una cornada, pero es una figura en México y así lo demostró. Aunque lo mató de una muy buena estocada, el toro tardó en caer y todo se enfrió. A punto estuvo esa de ser la faena más lucida, hasta que Roca Rey puso la guinda triunfal en el octavo en una tarde en la que Sergio Flores no tuvo opción.

 

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