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«Lustroso», el toro atleta por el que apuesta el ganadero de Parladé en San Isidro

Un ejemplar del Montecillo remienda la corrida titular, en la que han sido aprobados cinco de once

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MADRID Actualizado: Guardar

Ya están en chiqueros los seis toros que se lidiarán esta tarde en el octavo festejo de la Feria de San Isidro. Han sido aprobados cinco ejemplares de la ganadería titular, Parladé, por lo que habrá un remiendo, con el hierro del Montecillo (saltará al ruedo en cuarto lugar). Darán cuenta de ellos Curro Díaz, Iván Fandiño y David Mora.

Este es el orden de lidia:

1. Noctámbulo, negro listón, número 35, de 567 kilos.

2. Lingotazo, negro, número 34, de 545 kilos.

3. Lustroso, negro, número 10, de 487 kilos.

4. Chispero, negro salpicado, número 6, de 547 kilos.

5. Novelero, colorado chorreado, número 28, de 565 kilos.

6. Helénico, castaño, número 3, de 541 kilos.

Los sobreros son de la divisa del Montecillo: Acobardado (número 46) y Canastero (número 5).

Después del sorteo, y tras el baile de corrales vividos (se aprobaron cinco de los once astados que Juan Pedro Domecq ha enviado a Madrid), el propio ganadero y el presidente de la corrida, Jesús María Gómez, participaron en una interesante y amena tertulia conducida por el periodista David Casas.

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Durante la conversación, el criador de bravo, con el lógico disgusto de que no hubiese pasado la corrida completa, apostó por un toro: Lustroso, el número 10, «de muy buena reata, con cosas que me encantan». Con un brillante discurso -aplaudido por aficionados de la sombra y el sol-, puso sobre la arena su filosofía, la «del toro atleta», y explicó que trae un conjunto más vareado y «movido», con tres carreras por semana que pueden hacer que un animal pierda hasta 30 kilos: «El año anterior traje una corrida muy pesada, demasiado, como me ha sucedido en Valencia. Prefiero que pese menos y que se mueva, que es el deseo de todos».

Por su parte, el comisario Jesús María Gómez abogó por «la transparencia» -tan reclamada por la afición- en los reconocimientos «frente al oscurantismo», y sorteó con argumentos, mano izquierda y respeto algunas críticas en las redes sociales por aprobar alguno de los toros. Precisamente, uno de los que algunos «tertulianos del tuitendido» protestaban era el 10, la apuesta del ganadero, o el más vareado 3, un cinqueño que ya pasó el reconocimiento el pasado año y que algún entendido lamentó que no estuviese entonces entre los escogidos.

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