Juanito da una vuelta al ruedo en San Miguel

Anodino comienzo con una deslucida novillada de Talavante

Raúl Doblado

Lorena Muñoz

La primera de San Miguel anunciaba a los triunfadores de la temporada en el escalafón novilleril. Un cartel de campanillas para prologar el ciclo con los novillos de Talavante que toreaba en Madrid y lidiaba con su hierro en Sevilla, aunque el extremeño no triunfó en ninguna de las dos plazas.

La tarde, de mucho calor en la Maestranza, se saldó con una solitaria vuelta al ruedo de Juanito aunque la terna lo intentó ante un encierro noble pero descastado y sin fuerzas. Los tres, agradecidos por torear en la Maestranza, brindaron al público y aunque sin mucha competencia, se lució en los quites. Juanito con el capote a la espalda y después por chicuelinas y tafalleras; Ángel Jiménez y Francisco de Manuel por chicuelinas y a la verónica.

Ángel Jiménez venía dispuesto a darlo todo así que se fue a los chiqueros a recibir al primero de la tarde un precioso jabonero que le apretó en la larga cambiada y tuvo que echarse a un lado. «Ajustado» apretó también en el caballo en un primer puyazo pero tras el brindis al público, desarrolló genio y quiso rajarse siempre así que Jiménez solo pudo acoplarse en una serie con la diestra y matar bien antes de ser silenciado. El novillo fue aplaudido en el arrastre.

Lo mejor del toreo del astigitano llegó en el cuarto que se pegó una voltereta de salida con el capote pero que pudo aprovechar en el tercio final. Sonó la música cuando Jiménez logró meter la embestida en la muleta, gustándose en los de pecho, en los molinetes y en una serie templada con la diestra. Un desarme al natural bajó el tono y con el astado más parado tiró de voluntad. Saludó una merecida ovación desde el tercio que le supo a poco después de tocar pelo en el Corpus.

A punto estuvo el portugués Juanito, que sorteó el lote con más posibilidades. Al segundo lo recibió con temple a la verónica, con manos bajas y rematando a pies juntos. El comienzo con la diestra fue prometedor a pesar de un inoportuno desarme. Cambió a la zurda, con la que dejó una serie de naturales estimables, pero fue de más a menos. Lo cierto es que el portugués estuvo bien colocado con un novillo noble pero algo reservón a menos a medida que avanzó la faena así que saludó la ovación al doblar las manos.

No quería dejar pasar la oportunidad y se fue a portagayola en el quinto al que recetó un vibrante ramillete de verónicas templadas en el centro del ruedo que remató con el compás abierto. A pesar de la desastrosa lidia, era ahora o nunca así que se echó la muleta a la mano derecha. La banda Tejera, por fin, empezó a tocar. Templó en redondo, toreó con gusto y estuvo valiente pero como todo el encierro, «Saltarín» se fue apagando. Llegó el arrimón y las bernadinas antes del fallo a espadas que dejó el premio en una vuelta al ruedo .

Cerraba cartel Francisco de Manuel que no mostró lo que ha hecho en otras plazas. El tercero se pegó una voltereta en el saludo a la verónica, lo que mermó sus fuerzas, así que tuvo poco fuelle y escasa transmisión en el tercio final. El joven novillero estuvo correcto, trazando muletazos que no llegaron a conectar en ningún momento con el tendido, que sufría los rigores de una calurosa tarde,y silenció la labor del madrileño. En el que cerró plaza tampoco pudo lucirse. El público ya pensaba en «huir» antes de la carrera nocturna y en el llenazo del sábado.

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