Juan José Padilla, de barrido por la CUP a triunfador en Gijón

El torero jerezano corta la única oreja en una buena corrida de Conde de Mayalde

Juan José Padilla Efe

ANDRÉS AMORÓS

El día de San Lorenzo, nadie se asa en Gijón, disfrutamos de un clima suave, en el comienzo de la Feria de Nuestra Señora de Begoña : una de las mejores del Norte, que comprende seis festejos. Buena entrada en la coqueta plaza del Bibio. Un minuto de silencio por Fandiño y Suárez-Guanes. Los toros del Conde de Mayalde, de preciosa lámina, dan muy buen juego.

La caricatura de Juan José Padilla ha sido incluida, por la CUP, entre los personajes que quiere barrer de España, además de desobedecer las leyes: en este disparate nos ha tocado vivir. En Gijón, corta una oreja: sigue siendo un héroe popular. El primer toro embiste templado, con ritmo, pero aprieta. Con mucho oficio, Padilla le da la lidia adecuada, enlaza muletazos suaves y mata bien pero el presidente le niega la oreja. Al cuarto, de bella lámina, le puede por bajo: ésa es la clave de la faena. Aprovecha las encastadas embestidas en naturales largos, al son de «Suspiros de España». Logra una gran estocada y da la vuelta, con la oreja y la bandera pirata. Le hemos visto hoy en su cara más clásica.

El segundo es pronto, galopa, mete bien la cabeza. El trasteo de Castella es fácil, templado, pero la bondad del toro pedía más sentimiento. Tarda en caer y pierde el trofeo. Un francés ha matado a un gran «Afrancesado»: azares del sorteo. El quinto tiene querencia a chiqueros, se distrae, queda corto. Surge un desarme, la faena no cuaja.

López Simón estrena apoderado: nada menos que el maestro Curro Vázquez, que le ayudará a depurar su estilo. El tercero, un precioso salinero, derriba al caballo, es pegajoso. El diestro no pasa de voluntarioso. El último flaquea y, encima, le pican demasiado: lógicamente, va al suelo y la faena carece de emoción.

De barrido, por la CUP, Padilla ha pasado a ser triunfador, en Gijón. Así está España…

Posdata. También triunfó Padilla, hace poco, en el coso de Palma de Mallorca, en la que pudo ser una de las últimas corridas. Urge que el Gobierno central presente el recurso, ante el Tribunal Constitucional, contra la disparatada ley autonómica que, con exigencias absurdas, pretende de hecho erradicar los toros de las Baleares. Ese recurso debe incluir la petición de medidas cautelares, para que se suspenda la aplicación de esa ley mientras no se resuelva el caso, evitándose un daño irreparable a algo que ha sido consagrado legalmente como parte del Patrimonio Cultural Inmaterial de España.

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