Feria de Valencia: la grata sorpresa de Diego San Román

el novillero mexicano corta la única oreja

Diego San Román, en un pase de pecho Efe

R. Carrión

El mexicano Diego San Román causó una gratísima impresión en la primera de la Feria de Julio de Valencia y cortó la única oreja.

Los novillos de Zacarías Moreno estuvieron bien presentados, bravos en líneas generales con los caballos y de mucha nobleza no exenta de calidad en el último tercio aunque se apagaron antes de lo deseado. El quinto fue devuelto por cojo y sustituido por uno de Los Chospes , basto de hechuras, noble y sin calidad. Algo menos de media entrada registraron los tendidos de la plaza.

Jesús Chover volvía a Valencia como triunfador de la pasada feria de Fallas y como tal no quiso dejarse nada por hacer. Pero quizás la presión hizo que los nervios le jugaran una mala pasada. No regateó esfuerzos con el capote ante sus dos novillos, mostrándose variado y valiente . Incomprensiblemente dejó que sus oponentes se dejaran media vida en el caballo, poniéndolos de largo y dejando que recibieran un excesivo castigo que propició que los dos llegaran muy al límite en el último tercio. A su primero aún le pudo sacar dos buenas series con la mano derecha, pero el resto de su quehacer fue diluyéndose conforme avanzaba su labor. A su segundo le ahogó sus nobles embestidas al ponerse demasiado cerca y abusar de los toque bruscos lo que terminó por descomponer mas la embestida del novillo. Desigual con la espada, oyó un aviso en el cuarto y sus dos trasteos fueron silenciados.

Toñete tuvo un primer novillo con calidad y nobleza pero que llegó aplomado a la faena de muleta. El madrileño supo buscarle las vueltas en una labor de más a menos en la que desarrolló momentos de buen toreo, aunque el trasteo no terminó de coger vuelo. El quinto, un sobrero de Los Chospes feo de hechuras aún le regaló un puñado de embestidas por el pitón izquierdo sin terminar de humillar. Tardó en darse cuenta y para entonces el público apenas reaccionó. Saludó sendas ovaciones.

El mexicano Diego San Román fue la grata sorpresa de la tarde. Ante sus dos novillos, además de demostrar un valor a prueba de bomba, dejó bien a las claras el excelente concepto que tiene del toreo. Su primera faena fue un poco irregular, pues alternó momentos más arrebatados, junto a otros de toreo muy caro. Los ayudados por alto de final de faena fueron auténticos carteles de toros. Al sexto lo toreó a placer con la mano izquierda, en unas series ligadas y templadísimas. Además, con el capote se mostró variado y muy templado ante sus dos novillos. El fallo con la espada ante su primero le privó de salir por la puerta grande. Saludos y oreja fue el balance de su actuación.

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