La terna, a hombros
La terna, a hombros - efe

Ponce, El Juli y Perera cierran Gijón por la puerta grande

Salen a hombros con el mayoral de Garcigrande

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Los diestros Enrique Ponce, Julián López "El Juli" y Miguel Ángel Perera protagonizaron una gran tarde de toros hoy en Gijón, en la que salieron los tres a hombros tras repartirse un total de ocho orejas.

FTres toros -primero, tercero y quinto- de Garcigrande y otros tres -segundo, cuarto y sexto- de Domingo Hernández, bien presentados y manejables en distintos grados. Destacó el segundo, un gran toro.

Enrique Ponce, ovación y dos orejas.

Julián López "El Juli", dos orejas y oreja.

Miguel Ángel Perera, oreja y dos orejas.

La plaza rozó el lleno en los tendidos

Ponce cuidó muy bien a su flojito primero, al que supo dar los tiempos y recetarle las alturas necesarias para acabar haciéndolo "romper" por el pitón derecho, por donde extrajo pases impecables, de una estética propia de su magistral toreo.

Fue faena de menos a más, que gustó, y mucho, a los tendidos gijoneses, que, al final, tuvieron que guardarse los pañuelos tras fallar el torero con la espada.

Pero no quedaría ahí la cosa. Todavía hubo más y, sobre todo, mejor. Ocurrió el cuarto, un toro por el que nadie apostaba y que, incluso, fue protestado. Pero la técnica y la sabiduría Ponce obraron el milagro, tornándose las cañas en lanzas para cuajar una grandísima faena.

Toreo de muchos quilates por la plasticidad que impuso en todo su quehacer. Sublime. Los tendidos vibraron, y de qué forma, paladeando cada pase, cada detalle. Y a todo esto, con la banda de música interpretando el Concierto de Aranjuez. Mágico. La estocada fue también sensacional, y cayeron las dos orejas sin discusión.

El Juli estuvo rotundo en su primero, un gran toro de Domingo Hernández al que el madrileño cuajó de forma sublime. Toreó con mucho gusto con el capote, sobre todo en un quite por chicuelinas y cordobinas, mas lo mejor llegó en el último tercio, en una faena mandona y de mano muy baja, con la cuajó a su oponente de cabo a rabo.

Un final muy emotivo por abajo y una gran estocada hasta los gavilanes le pusieron en las manos las dos orejas.

El quinto fue un toro más sosito y apagado, y Julián, en plan dominador, instrumentó otra buena faena, que contó con pasajes más que estimables en el toreo a derechas, y que le valió para cortar otra oreja.

Perera sorteó un primer lugar un toro con tendencia a irse suelto de los muletazos, pero al que sujetó con maestría para estructurar una faena en la que la autoridad de su toreo y el temple se fusionaron para conseguir una obra interesante. No fue faena rotunda, ni compacta, pero sí de esfuerzo y raza. Cortó una oreja.

En el sexto, y con la Puerta Grande asegurada para sus compañeros, salió Perera como un ciclón, echándose de rodillas para iniciar una labor emotiva y bien conjuntada después sobre la mano diestra. El público disfrutó, por eso, tras la estocada final le premiaron con las dos orejas.

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