El flamenco del siglo XXI «invade» Itálica

La obra «Aviso: Bayles de jitanos» del bailaor onubense, Antonio Molina «el Choro» abre este nuevo ciclo estival, «Flamenco y Patrimonio»

«Aviso: Bayles de jitanos» Raúl Caro

Marta Carrasco

El imaginario telón se abre esta noche delante de las cáveas del teatro romano de Itálica. Pero en esta ocasión no serán los textos clásicos los protagonistas de la escena, sino el flamenco, porque se inicia el primer ciclo Flamenco y Patrimonio que ha organizado la Consejería de Cultura a través del Instituto Andaluz de Flamenco.

Antonio Molina «El Choro» será quien pise esa escena milenaria con un espectáculo que también nos remonta, por su título, a otras épocas, «Aviso: Bayles de jitanos» . Y es que no, no está mal escrito, se trata de un letrero que Rafael Estévez, director de esta obra, vió en un grabado del siglo XVIII de una venta de Utrera.

Estrenado en el año 2015, «Aviso: Bayles de jitanos» se estrenó en el Festival de Jerez donde obtuvo el Premio Revelación. «Es mi primer espectáculo con compañía propia. Yo había trabajado ya con grandes artistas como Israel Galván, Manuela Carrasco o Eva Yerbabuena.... Con Rafael Estévez trabajé en una obra que le dirigió a Amador Rojas sobre Frida Khalo, y me gustó porque sacó de mi todo lo que mi baile podía dar, e incluso diría que más. Me orientó a bailes más míos, y pensé que era la persona indicada para dirigir mi mi primera obra. Pero le dije que no quería decir, así bailan los gitanos. No quería que el título del cartel me atara. Sólo pretendía protagonizar un espectáculo que no tuviera que interpretar, que explicar, sólo bailar, decir: así bailo yo, y nada más».

El proceso de montaje estuvo muy ralentizado porque cogió por medio la enfermedad de Rafael Estévez, «y yo le repetía, no pretendo hacer algo para premio ni nada, sino mostrar todo lo que he aprendido en estos años».

El bailaor es gitano, «mis padres lo son, pero eso no marca mi manera de bailar y nunca digo que bailo mejor porque soy gitano. Yo aprendí de mi padre, pero él en seguida me dijo, tienes que estudiar con más maestros». Dicho y hecho. Antonio Molina se vino con 14 años a Sevilla a estudiar primero con Manolo Marín , y luego en 1999 ganó el II Certamen de Baile Flamenco Joven de Huelva, convocado por la Fundación Cristina Heeren . Un reconocimiento que le permitió continuar sus estudios en esta escuela con maestros como Javier Latorre, Javier Barón, Israel Galván y Rafael Campallo, entre otros, «ninguno de mis profesores ha sido gitano», dice.

Desde «Aviso: Bayles de jitanos» ha creado otros dos espectáculos, «Gelem» y «Mi baile». «Realmente yo no he pasado fatiguitas montando mi compañía porque he tenido el respaldo de la Fundación Heeren, y eso es muchísimo. Yo las fatigas las paso por los nervios, pero nada más».

Sus obras han triundado y pisado escenarios de México, Francia, Alemania, entre otros países. «Abrir este nuevo ciclo en Sevilla da miedo, porque es Sevilla. Yo tengo mi corazón duplicado entre Huelva, mi tierra, y Sevilla, mi ciudad , pero aquí están los compañeros, el público, la crítica...».

Junto a «El Choro», al cante Pepe de Pura, Jesús Corbacho y Pepe de Pura, Jesús Corbacho y Jonhatan Reyes. a la guitarra, Jesús Guerrero y Juan Campallo y la percusión Paco Vega.

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