«Sensible», el amor y la obsesión en la «sexalescencia»

Kiti Mánver y Chevi Muraday interpretan este espectáculo de Juan Carlos Rubio basado en la novela de Constance de Salm

Kiti Manver y Chevi Muraday, en un momento de «Sensible» Sergio Parra
Julio Bravo

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La escritora francesa Constance de Salm (1767-1845) escribió en 1824 «Veinticuatro horas en la vida de una mujer sensible», una novela epistolar sobre el amor, los celos y la obsesión. Stefan Zweig se inspiró en ella para su obra «Veinticuatro horas de la vida de una mujer», y Jean Cocteau hizo lo propio para «La voz humana».

El dramaturgo y director Juan Carlos Rubio se tropezó con el libro de Constance de Salm y se enamoró del apasionado relato que encierra. «Me di cuenta, además -confiesa- de que nunca había dirigido una obra escrita por una mujer , y me pareció una ocasión estupenda para saldar esta deuda».

El resultado es « Sensible », que tras su estreno en Avilés llega ahora a los teatros del Canal (del 27 de septiembre al 22 de octubre). La obra, cuenta Rubio, « habla del amor y la obsesión , y de los finísimos límites que hay entre los dos». Pensé que, para hablar del amor, hay que pasar por el cuerpo. Por eso pensé en Chevi Muraday como compañero de Kiti Mánver ».

El bailarín y coreógrafo madrileño se ha embarcado en lo que él considera « un reto como intérprete ; la palabra siempre ha estado presente en mi trabajo; pero no de esta manera, a través de un personaje y con la dirección de otra persona».

Kiti Mánver lleva con éste siete espectáculos al lado de Juan Carlos Rubio. Son ya una pareja consolidada y se echan mutuos piropos. Baila un poquito, reconoce, y asegura que el montaje le ha resultado difícil por sus especiales características. «Es casi un monólogo y es complicado decirlo con todos los elementos y el movimiento que hay alrededor».

Su personaje, añade, se encuentra en la « sexalescencia», «que es una etapa similar a la adolescencia. Mi personaje -al q ue Rubio ha llamado Constance, en homenaje a la autora- tiene una oportunidad de amar con una edad en la que al amor ya no suele esperársele».

Y es que la obra cuenta la historia de una madura aristócrata que descubre una noche, a la salida de la ópera, la traicion de su joven amante. «Hay mucho amor en la función, pero un amor a menudo tóxico. Es la mente, el pensamiento , la que está creando constantemente imágenes y situaciones que no son reales; y eso es muy peligroso».

Aunque la novela está situada en 1824, la época de su escritura, Juan Carlos Rubio la ha llevado al Nueva York de 1959 , para además rendir homenaje a una de sus películas favoritas: « Imitación a la vida », y a todo el universo que retrata.

La obra cuenta además con una escenografía de Curt Allen Wilmer -«que ha reflejado el espacio mental que es el espectáculo»-, vestuario de María Luisa Engel , iluminación de Juanjo Llorens y música original de Julio Awad que, dice Rubio, fue el que empezó a crear la temperatura de la función.

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