La quinta promoción de la Joven Compañía Nacional de Teatro Clásico echa a andar

Iñaki Rikarte dirige la comedia «El desdén, con el desdén», de Agustín Moreto

Una imagen de «El desdén, con el desdén» marcosGpunto
Julio Bravo

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La quinta promoción de ese apasionante proyecto que es la Joven Compañía Nacional de Teatro Clásico se presenta en público, y lo hace con una de las más célebres comedias de Agustín Moreto (1618-1669): «El desdén, con el desdén». Carolina África firma la versión e Iñaki Rikarte dirige a un reparto compuesto por Nicolás Illoro, Mariano Estudillo, Irene Serrano, Antea Rodríguez, Alba Recondo, Alsa Pérez, Paco Rojas, Pau Quero, José Luis Verguizas y Juan de Vera .

Rikarte utiliza en varias ocasiones la palabra « clarificar »; esa ha sido la brújula a la hora de afrontar el montaje de una obra escrita en 1654 y que el director reconoce que en principio no le llamaba la atención. «Cuando empezamos a trabajar Carolina y yo nuestra premisa era muy clara: que los espectadores entendiesen la historia que les contábamos; que se sentaran a ver la obra relajados, y no preocupados por no entender, algo que a mí, como espectador, me ha ocurrido en alguna ocasión. Queríamos que el público disfrutara y hacia ahí nos hemos dirigido».

«“El desdén, con el desdén” -ha escrito el joven director vitoriano- es una comedia escrita en torno a una paradoja del alma humana aparentemente divertida, aunque nada inocente, según la cual el desdén puede provocar amor en el corazón del desdeñado. La cuestión radica en si esa llama es fruto del amor verdadero o de la vanidad». Y es que la obra cuenta la historia de Carlos , conde de Urgel, que para seducir a Diana, hija del conde de Barcelona -que ha decidido no aceptar pretendientes a pesar del deso de su padre-, finge desdeñarla.

Asegura Rikarte que esta función ha supuesto un reto para él, pero que ha contado con muchos cómplices. Especialmente, los miembros de la Joven Compañía de Teatro Clásico. «Dirigirles ha sido al tiempo una suerte, un orgullo y una responsabilidad -dice-, por predisposición y fe en el trabajo. Y tenía claro que tenía que aprovechar su juventud y su energía en la puesta en escena, que hemos tratado de que sea lo más coral posible».

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