CRÍTICA DE TEATRO

«Notre Innocence»: oración por nuestro tiempo

El Centro Dramático Nacional abre su ciclo Una mirada al mundo con esta obra escrita y dirigida por Wajdi Mouawad

Una escena de «Notre Innocence» CDN

Diego Doncel

Dura, potente, perturbadora, « Notre Innocence », de Wajdi Mouawad , es una oración dirigida al mundo de hoy, una oración llena de rabia, de desesperación y, finalmente, de consuelo. Creada a partir del Taller que el propio Mouawad impartió en el Théâtre de la Colline de París , recoge, trascendidos, elementos biográficos, generacionales y un ajuste de cuentas con la herencia del 68. Para su creación, para su escritura, Mouawad hizo intervenir a los 18 alumnos del Taller que, además, llevan el peso interpretativo de la obra.

«Notre Innocence» no es, sin embargo, solo una obra colectiva, es un duelo colectivo , un dolor compartido y una reflexión sobre los conflictos entre nosotros, sobre las caras ocultas de nuestra relaciones. Todo gira en torno a la muerte , en concreto a la muerte elegida, al suicidio. Y a las preguntas terribles que esa muerte conlleva: ¿por qué pudo suceder algo así? , ¿cuál es mi responsabilidad?

Dieciocho sillas vacías , una pared al fondo, dos columnas de luz en los extremos, este es el escenario del dolor, del combate existencial, de la culpa. Ellos, con sus crisis y sus angustias, frente a nosotros, interpelándonos, pidiéndonos responsabilidades por el mundo que les hemos dejado , pidiéndose responsabilidades a sí mismos por el mundo que ellos mismos crean. Wajdi Mouawad ha escrito el grito de una juventud a la deriva , de una juventud y sus enormes fracturas de identidad. Y por supuesto, el grito de rabia hacia unos padres que se han instalado en el relato legendario y libertario del 68 mientras han ido construyendo una sociedad de consumo cuyo único valor es esa cosa sin alma llamada dinero.

Estructurada en cuatro actos, la obra comienza con el relato de cómo se ideó el texto, para centrarse en la noticia del suicidio de Victoire , una compañera de estudios teatrales que decía tener una hija, Alabama. Finalmente sabremos que mucha de la vida que decía vivir Victoire era una ficción, una impostura , incluida la existencia de esa hija. En medio hay un número musical que es un ejercicio de liberación y un cuento infantil que es un ejercicio de esperanza.

«Notre Inoccence» es una obra polifónica, poliédrica, regida por una estética conceptual. Su vigor plástico es bellísimo sin ser estridente; el trabajo interpretativo de los actores, con su enorme carga de dramatismo, tan del gusto francés, es por momentos sobrecogedor , la música es crepuscular e íntima, de muy alta factura. Todo ello para crear una obra que es un golpe duro en nuestra cara , una fábula radical y feroz sobre este materialismo de carnicería sin alma, pero también sobre cómo crear la esperanza, la vida para nuestros hijos (incluida Alabama) lejos de este ruido y esta furia.

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