Eduardo Vasco y Arturo Querejeta recuperan a Azorín

El teatro de La Abadía presenta un monólogo basado en el libro «La ruta de Don Quijote», del escritor de Monóvar

Arturo Querejeta, en una escena de la función Teatro de La Abadía
Julio Bravo

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En 1905 -año en que se conmemoró el tercer centenario de la publicación de la primera parte del Quijote -, el diario El imparcial envió a José Martínez Ruiz, «Azorín» , a recrear el camino recorrido por el personaje cervantino. Las quince crónicas publicadas en el periódico se convirtieron en un libro titulado «La ruta de Don Quijote», base del espectáculo dirigido por Eduardo Vasco e interpretado por Arturo Querejeta que acaba de presentar el teatro de la Abadía.

«Para mí ha sido siempre un libro de referencia -explica Vasco-; me interesa toda la literatura que ha generado Cervantes y el Quijote . En la Generación del 98 hay un culto a ese libro, y casi todos sus autores reflexionan sobre su impacto. Uno de los más importantes es Azorín, un gran cervantista además de un gran escritor; creo que el libro debería ser una referencia en la reflexión sobre lo que ha quedado del Quijote en España». Lo que hace Azorín, sigue el director, es contrastar el libro, que se lleva al viaje, con la realidad de lo que él ve en cada lugar. Y el conjunto del libro es el espectáculo».

Arturo Querejeta encarna al protogonista, un trasunto de Azorín. «Es un viaje iniciático que parte de la pensión de Madrid donde vive -relata el actor-, y se va encontrando Argamasilla de Alba, Alcázar, Criptana, Toboso, las Lagunas de Ruidera, la Cueva de Montesinos, el castillo de Peñarroya... Y esa Mancha suspendida en el tiempo es la que Azorín retrata con los diferentes que se va encontrando».

Dice Vasco que su intención también es «expresar una opinión sobre la cultura en nuestro país ; es muy evidente, por cómo se ha conmemorado el centenario del Quijote. Nos hemos dado cuenta de que nos parecemos conformar con que todo va rodado, y que no hace falta esforzarse más; para la mayoría, la inercia parece suficiente. Bueno, pues esa inercia es lo que ha hecho del Quijote un libro de referencia, iconográfico»... «Pero que la mayoría de los españoles no ha leído», tercia Querejeta.

Azorin, por aquellos tiempos, era anarquista . «En sus últimos años se convirtió en un pajarito comiendo lechuga, se volvió vegetariano. Y esa, la de un hombre enjuto es la imagen que tenemos de él. Pero él era un hombre fuerte en su juventud. De todos modos, no hemos intentado acercarnos a su imagen física, lo que nos interesa es su visión de la realidad a través de Cervantes. A él le interesa destacar la dicotomía entre el pensamiento quijotesco y el de Alonso Quijano».

José Martínez Ruiz, «Azorín» murió en 1967 y hoy está prácticamente olvidado . «Tiene que ver con que la generación que llegó a las élites culturales o de pensamiento tras la democracia solo consideraba a los que se habían exiliado o habían muerto. Y como Azorín hay otros escritores como Wenceslao Fernández Flórez , incluso Jardiel Poncela . No ha habido una normalización literaria».

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