«Casa de muñecas» viaja a los años cincuenta

Pedro Víllora es el autor de esta adaptación de la obra de Henrik Ibsen , que es sin duda uno de los más destacados textos de la historia del teatro. No es, dice, una versión libre, porque sigue la estructura planteada por el dramaturgo, pero ha reducido a cinco los personajes y ha hecho suyos los diálogos de estos. La función es una produccción de Venezia Teatro , con la dirección (y la escenografía) de José Gómez Friha .

El reparto está encabezado por Mamen Camacho (Nora), a quien acompañan Oriol Tarrasón (Torvaldo), Sergio Reques (Doctor Rank), Andrés Requejo (Krogstad) y Elsa González (Cristina). Los colores negro y rosa -que simbolizan el silencio y la fantasía respectivamente- son el leit motiv de este montaje, situado en los años cincuenta del siglo pasado, una época determinante para la lucha feminista.

Nora, como dice Mamen Camacho, «es un símbolo, y con su portazo abrió un camino hacia la pregunta “¿Y por qué no?”, decisivo para la consecución de la igualdad de derechos de la mujer». «Nuestra sociedad -añade el director- necesita que revisitemos títulos tan importantes como este , para no olvidarlos, para recordar que hay mucho trabajo por hacer en cuanto al papel de la mujer dentro de la sociedad y la necesidad de la igualdad de género en todos los sentidos».

Dice Gómez-Friha que «Casa de muñecas» « habla de tantas mujeres que necesitaron luchar por expresarse y que todavía se ven obligadas a hacerlo, de parejas que deben construirse desde la confianza, de personas que tendrían que empezar a amarse de otra manera. Ibsen estrenó en 1879 uno de los textos fundamentales de toda la historia del feminismo , y en él se muestra cómo tanto mujeres como hombres han de transformar las pautas heredadas de relacionarse con el otro, pero también consigo mismos. “Casa de muñecas” es el portazo que urge para cambiar la sociedad».