«Bodas de sangre»: García Lorca en presente compartido

Pablo Messiez dirige en el teatro María Guerrero una versión del texto lorquiano desprovista de tipismo y andalucismo

Una imagen de «Bodas de sangre» MarcosGPunto
Julio Bravo

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«El presente compartido es lo que hace diferente al teatro; toda función es en presente. Y a la hora de hacer un clásico hay que traerla a este presente para que no sea un simple recitado». Esta idea es la que ha guiado al dramaturgo y director Pablo Messiez a la hora de poner en pie «Bodas de sangre», la obra de Federico García Lorca que presenta en el teatro María Guerrero (hasta el 10 de diciembre) sin ningún tipo de tipismo ni andalucismo. Gloria Muñoz, Carlota Gaviño, Francesco Carril y Julián Ortega encabezan el reparto de esta producción, que cuenta con escenografía y vestuario de Elisa Sanz e iluminación de Paloma Parra .

Con la premisa de que Lorca -que, confiesa Messiez, le ha acompañado desde que empezó a estudiar teatro- no hubiera escrito hoy esta función como lo hizo en los años treinta, Messiez ha ambientado « Bodas de sangre » en nuestros días. Aunque lo hace de un modo relativo: «No hay una voluntad realista -explica- porque no me interesa la reproducción realista para el teatro . Hacemos la boda como si sucediera hoy en un pueblo cualquiera pero la función crea sus propias leyes. En este pueblo de hoy hay caballos y no hay móviles, por ejemplo. Pretendo que la obra dialogue con el presente pero con su propia lógica poética ».

De los muchos asuntos de los que trata la obra, Pablo Messiez ha puesto el foco en uno: « el conficto entre el cuerpo animal , lo instintivo que hay en el ser humano, y el deber, aquello que hay que hacer por las normas culturales y morales. Federico sabía mucho de esto porque él, como homosexual en la época en la que vivió, lo vivió en primera persona. Por eso yo creo que la obra es tan potente, porque Federico estaba hablando de algo que conocía mucho y cuando un buen autor habla de algo que conoce nos llega a todos y trasciende el tiempo».

En su versión, Pablo Messiez ha introducido en la función otros textos de García Lorca; hay un prólogo con un texto de « Comedia sin título » que habla, dice el director, «de la relación entre la ficción y la realidad que me parecía muy oportuno que fueran dichas antes de ver “Bodas de sangre”». También ha incluido «Cielo vivo», de « Poeta en Nueva York », y «El pequeño vals vienés», al que puso música Leonard Cohen .

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