Las tres Marías de la Fiesta de la Bulería de Jerez

Los días 22, 23 y 24 de agosto, la cantaora María Terremoto y las bailaoras María Bermúdez y María del Mar Moreno actúan en el festival

Las tres Marías de la Fiesta de la Bulería de Jerez ABC

Luis Ybarra Ramírez

Tres mujeres, tres Marías, tres flamencas. Así ha quedado el cartel de la Fiesta de Bulería de Jerez. Con un trío de artistas que se unen en el nombre y la cultura pero se diferencian en sus formas, conceptos y propuestas. Es la 52 edición del festival y por primera vez el escenario tiene un protagonismo femenino absoluto . El 22 de agosto, María Terremoto presenta «Reevolución. Ellas en el cante», el 23 lo hará María Bermúdez con «Jerez con California» y, finalmente, María del Mar Moreno mostrará sus «Mujeres de cal y cante».

Ahora charlan, se interrumpen y se divierten. Las palmas de una contagian a las otras y sus jaleos cercanos invitan al cante. Todo surge en la conversación: una gracia, una letra, un quejío . Algo que comparten y que han decidido enseñarnos antes de su cita en la ciudad que durante todo el verano se ha convertido en la capital del arte jondo con el ciclo Caló Flamenco, que arrancó en julio.

María Terremoto es la más joven de las tres, aunque desvela un desparpajo que no se corresponde con su edad. La heredera por derecho natural de uno de los apellidos más genuinos del cante ha sido una de las últimas eclosiones que se han vivido en el flamenco. En apenas unos meses, su nombre ha tomado fuerza en los carteles y «es algo que ha sucedido muy rápido, casi sin darme cuenta. LLevo una carrera todavía muy corta, pero bastante intensa», aclara. A la Alameda Vieja jerezana llega con un espectáculo «en el que reivindicamos a algunas cantaoras de mucha calidad que no tuvieron su sitio, como Rosa La Papera, madre de La Perla de Cádiz». Resulta que la más joven canta hoy a lo más remoto . De nuevo, una victoria del flamenco.

Quien nos deja más preguntas en el tintero es María Bermúdez . ¿Qué es eso de Jerez y California? Pues «otra prueba más de que el flamenco une, no separa». Ella nació en Los Ángeles y se enamoró de la danza a través de un hermano bailaor. Fue pionera al llevar a artistas como El Mono de Jerez a cruzar el charco y mostrar la autenticidad de su carácter ante el público americano. Donde un día triunfó Sabicas, Carmen Amaya o La Capitana, parece que quedó una semilla que más tarde otros han recogido.

Lo fugitivo no entiende de fronteras y esta bailaora que navega entre dos soles del sur, el de Andalucía y el de la costa Oeste de Estados Unidos, une al contrabajista Reggie Hamilton y Sordera sobre las mismas tablas. También a Esperanza Fernández , el guitarrista Antonio Rey y una agrupación que se hace llamar Las Flamenquitas de Santa Bárbara . Estamos ante uno de estos espectáculos que se comprenden mejor en la butaca que sobre el papel, debido a sus dosis certeras de intriga, curiosidad y misterio.

La bailaora que echa el telón a la Fiesta de la Bulería es María del Mar Moreno , que viene con el paladar cargado de sanas protestas y un gesto arrollador en el que intuimos garra, nervio y ganas. Carga contra los impostores que venden fuera de España algo con lo que no se siente identificada. Defiende la bulería corta y sencilla que busca tuétano y no belleza. Y también se muestra algo cansada: «Basta ya. No tenemos nada que demostrar . Mi propuesta es esa: somos las herederas de unas mujeres geniales de cal y cante y vamos a cantar y baila r. Mi lucha está en el escenario, con mi baile. Si quiero me levanto la falda, y si quiero te miro, y sino no te miro. Mujeres empoderadas en escena».

La última cuestión sobrevuela cada palabra y termina por caer a plomo a modo de sentencia: ¿qué es la bulería? Entonces se chocan los codos, se miran y abren los ojos como si pudieran aullar tras las pestañas. Es ahora cuando se entrecortan y se pisan las voces, chasquean los dedos y buscan poses que expliquen el enigma encantador de los doce tiempos . «La fatalidad expresada dentro de un ritmo que contiene una gran alegría», «el cante más difícil de todos que pasa desapercibido por su componente festero» y «lo cabal del entusiasmo tan extendido en esta tierra» son algunas de las definiciones que nos descubren, aunque todas respiran con normalidad cuando María Terremoto empieza a derramar con gusto unas letras : «Me tiraste un limón y me ha dado a mí en la frente...». Las tres coinciden en sus rostros. Eso es la bulería.

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