Sevilla vibra con el mejor indie nacional

Tras el coitus interruptus que supuso la suspensión por lluvia de la última jornada del Interestelar Sevilla en el pasado mes de octubre, ayer arrancó de manera brillante la segunda edición de este nuevo y ambicioso proyecto que ha venido a ocupar el hueco dejado en la capital hispalense por el Territorios después de casi dos décadas de festival continuado. Bajo un sol implacable que daba de lleno sobre los cuatro escenarios ubicados en la gran pradera que rodea el frontal del Centro Andaluz de Arte Contemporáneo y con los termómetros superando los treinta grados, Viva Suecia y Toulouse daban el pistoletazo de salida a una de las citas con la música indie más importantes del sur de España; bandas que demostraron por qué los expertos las consideran como dos de las grandes promesas de este estilo.

A renglón seguido apareció Depedro sobre el escenario Cruzcampo. El ex líder de La Vacazul, castigado por un horario (17:25 horas) no acorde para un artista consagrado a nivel internacional como él, derrochó talento a raudales sobre las tablas del recinto sevillano. «Como el viento», «DF», «Un hombre bueno», «Llorona» o «Te sigo soñando», dieron buena muestra de la sensibilidad y la categoría del madrileño.

Neuman y Carlos Sadness pusieron la continuación a una fiesta que veía cómo poco a poco el número de público asistente aumentaba inversamente proporcional al rigor de las altas temperaturas. Tanto los murcianos como el catalán hicieron vibrar a sus seguidores con repertorios fiables y a la altura de la fama que les precede. Nada más terminar el concierto de Sadness, con su estilo osado y desaliñado, emergió sobre el escenario contiguo quien podría ser perfectamente su antítesis artística, Loquillo. En un abrir y cerrar de ojos la estética indie se tornó en la de un dandy arrogante con traje de corte impecable y sobriedad absoluta.

Loquillo convirtió durante una hora el monasterio cartujano en un templo del rock and roll gracias a una puesta en escena impecable y a su prodigiosa poesía de garaje y púa, mucha púa. Himnos como «Rock and roll star», «Voy de negro», «Cruzando el paraíso», «El rompeolas» o la mítica «Cadillac solitario» hicieron sentir a los asistentes que estaban disfrutando en directo de una leyenda viviente, la mayor del rock and roll patrio.

Sin solución de continuidad y con las revoluciones aún a tope estimuladas por el Loco, comenzó el concierto de Love of Lesbian. Ante una legión de seguidores totalmente entregada que abarrotaba la explanada del escenario Negrita, los catalanes presentaron su nuevo disco «El poeta Halley», un trabajo que les muestra igual de inspirados que de costumbre. Además de presentar varios de los temas de su última creación —arrancaron con la aclamada «Cuando no me ves»—, hicieron un repaso por su rico repertorio, destacando sobremanera la legendaria y entrañable «Club de fans de John Boy», esa oda a los seguidores más fieles que describe con la sutileza de los grandes los sentimientos casi irracionales que experimenta un admirador al asistir a un concierto de su ídolo.

Con un Santi Balmes al frente de las operaciones y haciendo alarde de una voz sencillamente perfecta, y una banda que sonó a las mil maravillas, dejaron más que patente desde el minuto por qué son los indiscutibles candidatos a ocupar el trono de Los Planetas en el universo indie —si es que éstos abdican—. León Benavente, Was y Les Castizos pusieron el broche final a una jornada inaugural cargada de emociones en la que miles de personas disfrutaron de un cartel de lujo. A partir de las dos de la tarde de hoy sábado dará comienzo el segundo y último día del Interestelar Sevilla con Los Planetas como máximo reclamo para un público que ya cuenta las horas para ver a Jota y los suyos presentar su «Zona temporalmente autónoma».