CULTURA

La poesía íntima y desgarradora de Paco Robles conquista Tomares

El escritor y periodista se desnudó a través sus mejores versos en la Feria del Libro

El escritor y periodista estuvo acompañado por Alberto García Reyes y Eduardo Rebollar VANESSA GÓMEZ

N.ORTIZ

«La luz no le lastima los ojos al poeta/que mira la ciudad cuando nadie la ve». Este es un fragmento del artículo que Paco Robles dedica a Antonio Susillo y a Bécquer que, por parábolas del destino, murieron un 22 de diciembre. Un verso que, aunque hable de otros, encierra a su vez todo lo que el escritor y periodista representa : no hay nadie que cuente la ciudad de Sevilla, y los sentimientos que inspira, tan bien como él, y ayer lo volvió a demostrar en la X edición de la Feria del Libro de Tomares con un recital de sus poemas inéditos.

Robles tuvo, además, unos excepcionales acompañantes. El periodista Alberto García Reyes, presentó a su compañero de ABC con unas palabras cargadas de cariño y admiración. «No es solo mi compañero, es mi amigo y mi maestro», contaba al público . «Es un humanista, una persona inconformista que necesita saber para que nunca se agote su fuente creativa», afirmó.

Por otro lado, el guitarrista flamenco Eduardo Rebollar fue el encargado de poner música al recital.

«Vamos a reproducir lo que han hecho los poetas toda la vida», adelantaba Robles antes de empezar. Y es que Rebollar no sabía lo que el escritor iba a leer, simplemente improvisó, traduciendo a música los versos intimistas que se fueron desgranando en la carpa principal de la Feria del Libro.

Tal y como había explicado Alberto García Reyes en un principio, algunos de los poemas de Paco Robles provienen de los artículos diarios que escribe en las páginas de ABC de Sevilla . «Los cuela como prosa, pero son poesía pura y dura», aseguraba.

El escritor comenzó su recital con el artículo «Los nombres de la niebla» , escrito en versos alejandrinos en el que, al mismo tiempo que homenajeó a Bécquer y Susillo, esbozó con maestría el universo hispalense. «La ciudad de la luz guarda celosamente su tiniebla de invierno», narraba.

Tras esta primera parte, en la que Paco Robles confesó que Sevilla es una de sus mayores inspiraciones, el recital adquirió un tono aún más íntimo a través de varios sonetos dedicados que el escritor dedicó a su hermandad y al Cristo del Amor. «Soy hermano de Pasión y, en muchas ocasiones, cuando me siento en el templo, los versos se me vienen solos a la cabeza» , contaba al público. «Y en esos ojos veo ya vencido/el cielo que me tienes prometido», recitaba ante unos asistentes que recibieron con aplausos los versos más emocionantes del periodista.

Los versos más humanos

La tercera parte de la lectura estuvo dedicada, según explicó el escritor, al tema que más el inspira, el amor. Uno de los sonetos que leyó, quizás el más desgarrador, fue el «soneto a la mujer soñada», que habla sobre el momento «en el que uno se refugia en sí mismo». La llegada del amor, que «dibujó» a través de los «sfumato» propios de la pintura italiana, o «el beso», que merece un soneto por sí solo, fueron otros de los conceptos que Paco Robles tradujo como nadie a la poesía . «Tu beso como un patio abierto al infinito», relataba para vaciarse del todo y mostrarse, vulnerable y auténtico, a través de los versos.

Por último dedicó un soneto a Cádiz, «ciudad sin la que el mundo no existiría», y desveló que es en el vagón de metro donde se inspira para dar vida a muchas de sus creaciones que, incluso, ha bautizado con el nombre de «metro-sonetos». Además, adelantó que, si algún día escribe un libro de poesía, será un verso el que lo defina:«en esta soledad que ya no es mía /estar solo es estar pensando en ti».

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