...¿SE PUEDE?

Los jóvenes en la Bienal: Nuevos aires de un flamenco que busca el futuro

Son los primeros en estrenar nuevos espacios, los que se atreven con propuestas que trastocan géneros o los que se meten en lo más puro. Son ellos: los más jóvenes

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Tienen móvil y son expertos en su manejo. Las redes sociales no tienen secretos y jugar al a Play se les ha quedado anticuado. Manejan el Youtube para buscar a los maestros y se atreven a meterse en «todos los charcos», como corresponde a la edad. Son los más jóvenes, los artistas que rondando la treintena están repartidos en esta Bienal tanto en espectáculos propios como en colaboraciones con otros artistas.

La línea cantaora de los Morente no sólo tiene nombre de mujer, sino de hombre, el de José Enrique Morente, el hijo del mítico granaíno que el 10 hace su primera presentación en solitario en la Bienal, al igual que Cristian Guerrero, otra voz joven antaño en el «atrás», que se asoma en la cantaora Alameda de Hércules en solitario.

La recuperada y hermosa capilla barroca de San Luis será estrenada por el sanluqueño Diego Villegas, un músico que con el título de «Bajo Guía», interpreta flamenco con saxo, flauta y armónica. Fijo que no pasará desapercibido. Otro gaditano, Jesús Guerrero, guitarrista, pisará San Luis con propuesta y sonidos propios.

No es el único «atrevimiento», y para riesgo el de la cantaora Rocío Márquez que se convierte en protagonista de la iglesia barroca de San Luis con la música de Famhi Alqhai: desde seguiriyas hasta música de Monteverdi. Nada puede con la renovación.

En el teatro Alameda se darán cita los ganadores del Certamen Andaluz de Jóvenes Flamencos: Ismael Rueda, guitarra, Andrés Fernández, cante y Cristina Aguilera, baile. La propuesta siempre descubre nuevos valores.

El guitarrista Manuel Valencia presentará su primer disco en el Espacio Santa Clara, mientras Ezequiel Benítez en San Luis renueva sus votos en el flamenco con la obra «Quimeras del tiempo». Será entre los muros barrocos de San Luis.

El baile de la tradición tendrá como espacio Santa Clara, y en la noche del claustro Juan Antonio Fernández Montoya, Barullo, hijo de Pilar la Faraona y nieto de Farruco, hará honor a su origen, precisamente poniéndolo en caló: Akharipen. Junto a él, Saray García y Africa de la Faraona.

En el teatro Central dos jóvenes con propuestas muy diferentes: el onubense Antonio Molina «El Choro», con «Aviso: Bayles de Jitanos», que cuenta en la coreografía con dos bailaores muy rompedores, Rafael Estevez y Valeriano Paños.

En el teatro Lope de Vega la participación de un «Giraldillo Revelación», Patricia Guerrero, que presenta «Catedral», una obra dirigida por Juan Dolores Caballero y en la que además del cante de José Anillo o la composición musical de Juan Requena y Agustín Diassera, cuenta con la participación de un tenor y un contratenor.

Están ahí, llaman a la puerta del flamenco porque son los «jasp» del siglo XXI. Se graban ellos mismos con sus móviles, estudian a Pina Bausch lo mismo que a Marchena, y no dudan en mezclar, si eso les ayuda a comprender por dónde irá su futuro y el del flamenco.

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