CRÍTICA DE MÚSICA

Fascinante Nueva York

La ROSS ofreció un gran concierto en su programa de clausura de la temporada, junto al pianista Juan Pérez Floristán

Axelrod dirigiendo a la ROSS y a Juan Pérez Floristán ROSS

José Luis López López

Con el trasfondo de las últimas noticias, que hacen de la próxima temporada una etapa de transición (nos remitimos al excelente informe, en estas mismas páginas, de Jesús Morillo el pasado día 4), el último Concierto de Abono de 2017-2018 dejó un magnífico sabor musical , gracias a las obras programadas, a su estupenda interpretación y a una estelar actuación del joven, y ya magistral, pianista sevillano Juan Pérez Floristán (1993).

Además, no faltaron dos detalles altamente emotivos. El primero, el homenaje al solista de viola Jacek Policinski (en la Orquesta desde su fundación), que se jubila; el segundo, el recuerdo del pianista (que se ha criado en esta casa, pues su padre, Juan Luis Pérez , ha dirigido a la ROSS en numerosas ocasiones) a la amable y encantadora azafata Pila r, arrebatada prematuramente por el cáncer el pasado domingo. A ella le dedicó la propina final, un espléndido «Preludio» de Gershwin , tan tierno como desgarrador.

Si la música es un gran consuelo, nunca más necesaria que ahora. Y así fue: una velada para guardar en el corazón. Desde el inicial «Harlem» de Ellington , donde brillaron con luz propia los instrumentos de viento, sobre todo los metales, y la percusión. Espectacular. En honor a Policinski, tras unas entrañables palabras de la dulce Nonna Natsvlishvili , chelista, sonó un bello «extra», extraído de una de las Suites del ballet «Romeo y Julieta» de Prokofiev . Continuó el programa neoyorquino con las Variaciones de «I Got Rhythm» de Gershwin, muestra del supremo virtuosismo de Pérez Florist án .

Después del intermedio, la Sinfónica subrayó su incuestionable calidad, bajo la inspirada batuta de Axelrod (que se crece con la obra de su maestro), en los tres episodios de danza del musical de Bernstein «On the town» (naturalmente, «the town» es la ciudad por excelencia, New York): exhibición dinámica y rítmica.

Grandioso final, aunque lo último fuera la propina mencionada del «Preludio», la gershwiniana «Rapsodia en azul» («in blue», no «in blues», que aparece en la obra), obra esencial de la música norteamericana, arreglo, el primero, de Ferde Grofé . Ahí, ROSS y director acompañaron con toda precisión a un pianista mágico , único. ¿Se puede pedir más? El consuelo de la música…

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