Música

Carlos de Castro: «Queremos que la gente tenga un buen recuerdo de Barón Rojo»

En su cuarenta aniversario, la veterana banda de heavy-rock hace parada en Cádiz este viernes dentro de su gira de despedida

José Luis Morán, los hermanos Carlos y Armando de Castro y Rafa Díaz

A. Mendoza

‘El último vuelo’. Así se llama la gira que acaba de iniciar Barón Rojo . La mítica banda española de heavy-rock pone de esta forma punto y final a su carrera con un proyecto de despedida que le va a llevar por distintas ciudades de España y Latinoamérica y que culminará el 30 de diciembre en el Wizink Center de Madrid.

La sala Momart de Cádiz acoge este próximo viernes la cuarta parada de este tour de despedida en el cuarenta aniversario de la formación. Barón Rojo interpretará en este concierto muchos de los temas que han marcado una extensa trayectoria que se inició a partir de la unión de cuatro grandes músicos. Los hermanos Carlos y Armando de Castro, además de José Luis Campuzano, ‘Sherpa’ y Hermes Calabria fueron los protagonistas de un comienzo fulgurante que firmaron con el lanzamiento de su primer trabajo ‘Larga Vida al Rock & Roll’. A pesar del éxito, en 1989, con nueve discos a sus espaldas, Barón Rojo se rompió en dos y los hermanos De Castro decidieron seguir adelante con el proyecto en un camino en el que les han acompañado distintos componentes. En la actualidad, José Luis Morán al bajo y Rafa Díaz a la batería completan la banda . Carlos de Castro, uno de los miembros fundadores de Barón, habla de este adiós que presenta el grupo en Cádiz y repasa detalles de la historia de esta formación.

–Acaban de comenzar la gira. ¿Cómo la afrontan?

–Bueno, la verdad es que por un lado con tristeza porque se ha acabado una trayectoria muy larga de esta banda que ha sido muy importante para el rock en España y hemos tenido la suerte de poder permanecer. Por otro lado es una buena despedida porque la gira está teniendo mucha aceptación a nivel de contratación y lo poquito que llevamos ha gustado mucho. Además va a servir para que la gente se quede con un buen recuerdo de Barón.

–La Rioja, Santa Cruz de Tenerife, Las Palmas y ahora Cádiz para terminar en diciembre en Madrid después de pasar por América...

–Sí es una gira bastante intensa. En Cádiz hemos estado muchas veces y es un sitio maravilloso. Hay una muy buena afición a a la música por lo que esperamos que sea un gran concierto. Para Madrid hemos elegido el mejor local y lo hemos hecho con anticipación y va bastante bien. Esperamos también que se pueda llenar y que de esa forma sea un final de oro para la carrera de Barón que ha sido muy larga y se merece terminar a ese nivel.

–¿Qué temas presentáis en la gira?

–Hace muchos años que no grabamos con lo cual es un refundido de los temas que son más representativos de las dos épocas principales de Barón hasta el año 90 y hasta hoy y haciendo más incidencia en los temas que más conoce la gente. En estos años hemos encontrado un porcentaje notorio o visible de gente joven que de alguna manera ha conocido el grupo por sus padres o amigos y venían a vernos y esa ha sido la clave de la duración de Barón, que nuestros temas han pasado de padres a hijos o incluso de hijos a nietos.

–¿Cuáles serían los mejores recuerdos de la historia de Barón Rojo?

–Para nosotros los primeros años. Primero porque éramos más jóvenes y segundo porque fue un éxito rápido desde el inicio de la banda. Para todos particularmente fue especial el Festival de Reading del año 1982. Era el festival más grande que había entonces a nivel europeo. Era casi el único y más importante. Allí actuaba Iron Maiden que acababa de incorporar a Bruce Dickinson.

–¿Cómo fue eso de compartir escenario con los Maiden?

–Conocimos a Dickinson en el estudio donde grabamos en aquella época que era propiedad de Ian Gillan. El manager del estudio lo llamó para que nos echara una mano y se vino y nos ayudó con las letras en inglés y a partir de ahí quedó una cierta amistad. Después él nos preguntó donde íbamos a tocar y vino y tocó una canción con nosotros.

–¿Qué grupos han marcado a Barón Rojo?

–Nos han marcado mucho los Beatles y Eric Clapton con Cream que fue el grupo que marcó la diferencia entre el pop y el rock y definió el rock como estilo de música que es. Y luego claro, otros como Led Zeppelin, Black Sabbath... Entonces fueron influencias muy grandes porque sí supusieron una gran ruptura con la música que se hacía en ese momento.

–¿Qué faltó para que, a pesar del éxito, la banda no se disolviera?

–Lo que ocurrió era difícil predecir que hubiera pasado. El año de la separación era una época de crisis del rock pero luego volvió a tener muy buen cartel. Si hubiéramos seguido juntos nos hubiéramos aprovechado del renacer de la música rock que se mantiene hasta hoy. Nuestros antiguos compañeros jugaron al oscurantismo y no hablaron de ello. Nos dijeron, oye, que nosotros nos vamos, que Sherpa quiere ser pintor y Hermes dedicarse a sus clases de música. Armando y yo les dijimos que podían hacer lo que quisieran pero que nosotros íbamos a seguir y de ahí hubo el primer desacuerdo importante que aún ahora permanece a pesar del intento de volver que hubo. Y para esta ocasión pues no les hemos llamado.

–Tras la ruptura han pasado por la banda artistas como por ejemplo el bajista Pepe Bao. ¿Qué recuerdos tiene de él?

–Con Pepe Bao tuvimos muy buena experiencia. Cuando estuvo con nosotros no era muy conocido pero luego le salió algo más interesante y siguió por ahí. Hemos mantenido muy buena relación estos años y pensamos invitarle en nuestra última fecha en Madrid si es que el quiere venir. Su recuerdo es muy bueno y es muy simpático y agradable.

–¿Es este un adiós definitivo?

–El nunca se sabe siempre es una frase hecha y deja una puerta abierta... no lo sé. Pero en un momento en que dices adiós es muy difícil plantearse un futuro y ya no somos unos niños. Como el futuro es impreciso es difícil preveerlo. Puede ocurrir que echemos de menos los escenarios pero cuando pierdes el contacto con los escenarios también es difícil ponerse en forma y que la gente no te haya olvidado por lo menos un poquito. Entonces, en principio, toca plegar la banda y seguir cada uno su camino.

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