Rubén Blades durante una de sus actuaciones
Rubén Blades durante una de sus actuaciones

Rubén Blades: «Me han prohibido en La Habana y en Miami, y eso me enorgullece»

El artista panameño se despide de los escenarios con la gira «Caminando, Adiós y Gracias»

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Es uno de los mayores representantes de la cultura latinoamericana, uno de esos artistas cuya carrera es casi imposible de resumir en unas líneas. Cantante, compositor, actor, abogado y político, el Rubén Blades se despide del mundo de la salsa tras cinco décadas de trayectoria con la gira «Caminando, Adiós y Gracias», con cinco fechas españolas en las que actuará acompañado por Roberto Delgado & Orquesta, la banda panameña que le acompaña desde hace ocho años.

—¿Por qué ha decidido decir adiós a la música en directo?

—Tengo que organizar mi tiempo para poder atender cosas que aún me faltan por hacer. Las giras acaparan demasiado espacio. Y yo ya no disfruto del lujo de tener 20 años y creerme inmortal.

—¿La actividad de estudio seguirá muy viva?

—Tengo terminado un álbum con el grupo vocal brasileño Boca Livre y un disco de sones cubanos con Medoro Madera («Las cintas perdidas de Medoro Madera»). En proceso tengo dos más, «Mixtura», con canciones pop, rock y jazz, con un grupo nuevo y sin utilizar mi nombre sino un seudónimo, y un álbum de boleros con el grupo Editus de Costa Rica.

—Ahora que se despide de los escenarios se habrá acordado de la primera vez que subió a uno, con su banda The Saints.

—Aquellos días fueron de gran alegría y de oportunidades. La inocencia, el propósito claro de agradar a las muchachas y al público... Lo recuerdo con mucha emoción y agradecimiento. Estar en una banda nos hacía distintos, nos daba una identidad social.

Noriega, un coronel por entonces, odiaba a mi papá. Fue un periodo muy oscuro para nosotros y para el país, y provocó mucha ansiedad en mí. En ese tiempo estaba trabajando sobre mi tesis, entrevistando a presos en las cárceles, con el miedo de que me dejaran un día a mí allí dentro. Una vez terminé mi tesis, la sustenté oralmente y fui aprobado. Después de hacer mi registro de diploma con la corte, me fui de Panamá y no asistí a mi graduación con mis compañeros. Unos dicen que me fui porque quería ser músico, pero no saben de qué hablan. Me fui para estar con mi familia y porque me parecía absurdo ser abogado bajo una dictadura militar.

—¿Qué problemas le trajo su postura política?

—Me han prohibido en La Habana y también en Miami. Y eso me enorgullece pues sugiere objetividad en mis planteamientos. La izquierda en Latinoamérica es la que tradicionalmente se ha enfrentado a las dictaduras, por eso me he identificado históricamente con las posiciones de ese sector político. Pero existen enormes diferencias entre los gobiernos de un Pepe Mújica y de un Maduro. No voy a aplaudir a un dictador de izquierda y aceptar las consecuencias de su desgobierno. Ni la maldad ni la mediocridad merecen nuestro apoyo, vengan de izquierdas o derechas.

—¿Cómo ha sido la experiencia de participar en «Fear the Walking Dead»?

—Todo ha sido muy positivo. El elenco es de primera y los equipos de trabajo son profesionales y eficientes. AMC ha asumido riesgos para cambiar la televisión en EE.UU. Daniel Salazar es un personaje complejo y eso es lo que anhela encontrar cualquier actor al que se le ofrece un rol.

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