Ismael Serrano: «Se ha estigmatizado al cantautor y me indigna que haya gente que rehúya de ese término»

El artista español presenta este viernes «Hoy es siempre», un disco doble (que incluye un DVD de un concierto en Madrid en directo) en el que hace repaso de nada menos que 20 años de carrera

El músico madrileño ERNESTO AGUDO
J. G. Stegmann

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Ismael Serrano tiene solo 43 años. Bromea sobre sí mismo diciendo que tiene menos pelo, pero la realidad es que poco ha cambiado desde que empezó «con la guitarra al hombro», como siempre recuerda, con veintipocos. Su permeabilidad y sensibilidad hacia todo lo que lo rodea (voces, rostros, comentarios, lugares...), cualidades de las que siempre echa mano para escribir canciones, son tan potentes en él que es difícil no sentir una especie de abducción cuando mira. Fija sus ojos de un castaño clarísimo cuando se le lanza la pregunta, piensa y responde. O dispara.

Ismael ha sido siempre contundente. Tanto a la hora de apostar por el tipo de música que quiere hacer, « se ha estigmatizado la figura del cantautor y me indigna que haya gente que rehúya de ese término ». Como también a la hora de decir lo que piensa en política: «Lo que opine al respecto no es trascendente, pero la pregunta es: ¿Qué haces en Cataluña? La represión policial que ha habido no tiene ningún sentido. Un conflicto de estas características no se puede resolver ni penal ni policialmente. Requiere política. Y así lo pide la ciudadanía».

Con sus 43 años asegura cuestionarse, por momentos, «si ha llegado tarde a mi mejor momento». ¿Es su mejor momento? Posiblemente . Este viernes lanza « Hoy es siempre », un disco doble (que incluye un DVD de un concierto en Madrid en directo) en el que hace repaso de nada menos que 20 años de carrera .

Aparte de haber hecho una minuciosa selección de sus mejores canciones («Papá cuéntame otra vez», «Vértigo», «Vine del norte», por mencionar injustamente solo tres), también ha versionado canciones de Luis Eduardo Aute , Joaquín Sabina , Silvio Rodríguez, Mercedes Sosa y hasta el grupo de rock argentino, Divididos . Además, ha incluido cuatro temas inéditos.

En 20 años, Ismael no ha cambiado tanto. Y siente orgullo por ello. Sigue siendo sensible, permeable y quizás por eso tituló el disco con una frase muy recurrente en sus versos, «Hoy es siempre», que le tomó prestada a Antonio Machado . «La emoción del principio de algún modo sigue presente», asegura. Y la de los que lo escuchan, también.

¿Por qué has titulado el disco por tu 20 aniversario «Hoy es siempre»?

Porque me parece que la frase de Antonio Machado «Hoy es siempre todavía» resumía un poco cómo durante estos 20 años he tratado de preserver ciertos sueños, la ilusión por cantar, los nervios al salir al escenario, la emoción del principio de algún modo sigue presente. Si bien han cambiado cosas porque uno ha aprendido cosas, todavía, como siempre, me siguen moviendo las mismas razones a la hora de subir a una escenario y agarrar la guitarra. Esa terapia que me ayuda a convivir con mis miedos, con mis anhelos, frustraciones y esperanzas.

Es una frase maravillosa que ya había utilizado en alguna canción y me parece que resumía ese espíritu general de lo que quería imprimir en el disco: ese carácter festivo que tiene la celebración de 20 años.

Tanto con esta frase como con algunas de las versiones del disco como «Las cuatro y diez» de Aute aluden al paso del tiempo. ¿Tienes una obsesión con el paso del tiempo?

Creo que sí, toda persona que escribe canciones tiene una obsesión por el paso del tiempo porque hay cierto empeño por rescatar del olvido y viviencias que te han marcado. Cuando se le canta al amor o al desamor no responde a un empeño en regodearse en el sufrimiento sino de rescatar belleza del escombro, esa intensidad, esas sensaciones que temes que con el tiempo se acaben desvaneciendo. Es un empeño por combatir el paso del tiempo o, más bien, la fugacidad de las cosas. Es una forma de lastrar el ritmo vertiginoso con el que vivimos las cosas. Dentro de los muchos motivos que te llevan a cantar, que tienen que ver también con luchar contra tus miedos, por ejemplo a la soledad, creo también que en mi caso el vértigo (y de hecho tengo una canción que se llama así) aparece de manera recurrente en todas mis canciones y en términos generales en las de los demás.

Tienes un enorme repertorio, ¿cómo fue el proceso de selección de las canciones que integran este ámbum?

Fue difícil. Intenté hacer un repertorio equilibrado que resumiera toda mi carrera, desde los últimos a los primeros. Hay canciones de todos mis discos. También quise equilibrarlo con versiones, porque me parecía que a la hora de hacer un resumen no podía dejar de rendir homenaje a la gente que me ha influido, que sigue presente en mi forma de entender la música. Además, me divierte mucho cantar canciones de otros. Cuando estoy en un recital y llega el momento de hacer versiones, me relajo y disfruto de otra manera. Porque en el fondo, así empecé. Empecé con un grupo de amigos cantando versiones de otros artistas y no he dejado de hacerlo todo este tiempo.

No es extraño escucharte versionar a Aute o a Silvio Rodríguez. Pero, en este caso, también incluiste a un grupo de rock argentino, Divididos. ¿A qué se debió?

Divididos porque quería hacer alguna mención a lo que me ha dejado mi paso por Latinoamérica y, sobre todo, por Argentina. La canción de Divididos, no hace mucho, en la anterior gira, «La llamada» estaba en Rosario (provincia de Santa Fé) y escuché en un garito a un grupo que la tocaba en directo y me pareció una canción llena de vida, que además tiene ese universo poético típico del rock argentino, ese lirismo casi psicodélico un poco hermético...Me gustó mucho y pensé que me encantaría cantarla.

Respecto a «Todo cambia» (de Julio Numhauser e interpretada por Mercedes Sosa) me parecía que también resumía lo que quería transmitir y es que también cambian las cosas. No quería aparecer como un artista purista que hace la misma versión que en sus primeros trabajos, sino que musicalmente ha crecido, ha aprendido cosas y el mensaje de «Todo cambia» es muy bonito. De hecho, estuve tentando con ponerle al disco ese nombre. Muchas veces, sobre todo en la música, se puede caer en la tentación de ser conservador pensando en lo que el público espera de ti porque quieres que seas tan fiel a tus orígenes que quizás son reacios a los cambios, pero el cambio es inevitable porque forma parte de la ambición del músico, de crear un universo propio y tener una voz propia...Eso hace que uno se sienta en permanente cambio.

Pero entre «Hoy es siempre» y «Todo cambia» hay una contradicción...

Exacto, y ahí residía mi conflicto. Creo que «Hoy es siempre todavía» también me parece que es una especie de carpe diem , todavía hay que vivir el momento, porque hoy es siempre, incidir en el hoy.

Siempre has dicho que le cantas a lo que te emociona. ¿Qué le emociona hoy a Ismael Serrano?

Me emocionan muchas cosas. Me emociona lo que siempre me ha emocionado. Mis éxitos y fracasos sentimentales, la visión de un mundo desigual. Pero la realidad es cambiante, con lo cual, tu fuente de inspiración aunque haya problemas que persistante y aunque tropecemos una y otra vez con la misma piedra suceden cosas que también me motivan.

Hoy me emociona ver cómo hay una nueva generación de gente joven que se siente interpelada por la realidad política y quiere participar y vivie con apasionamiento es un buen síntoma. También la llegada de mi hija ha sido un motor de inspiración muy importante porque ha renovado mi mirada, me ha hecho cuestionarme muchas cosas. Tu ego se ve cuestionado cuando tu agenda de prioridades cambia con la llegada de una recién nacida.

¿Esa gente joven que hoy te emociona está más comprometida que la de tu generación?

Hoy por hoy la gente joven se siente mucho más protagonista. Mi generación fue bisagra. Trató de construir un relato propio pero no fuimos capaces. Hoy se habla de política en contextos en los que antes no se hacía. En mi círculo y entorno siempre ha habido debate pero quizás no es tan generalizado como ahora. Ahora hay gente que quizás no tiene las respuestas tan claras, ni tiene estructuras ideológicas determinadas o no se siente cercana a una formación política pero sí tieen algo que decir. No hablo de los nuevos líderes políticos ni de las nuevas formaciones políticas, sino de la necesidad de la gente de sentirse parte de algo para lo cual tiene cosas que decir.

Viviste en tus inicios el valor del disco, cómo sonaban los cantautores en las radios...Hoy, cuesta mucho que se vacíen las estanterías de tiendas de discos porque se descargan por Spotify. ¿Cómo vives la música de hoy, con Internet, Twitter, Facebool dominándolo todo? ¿Musicalmente es bueno lo que está pasando?

Tiene cosas buenas y cosas malas. Efectivamente, ha habido un cambio en la relación del oyente con la música porque las redes sociales. Internet ha impuesto el consumo inmediato, ha desvirtuado el concepto de disco que ya no existe tanto porque extraemos las canciones de su contexto y hacemos nuestras propias listas. Y para mí, trabajar el disco como algo conceptual, como un todo, que retrata un momento anímico y creativo del artista es la perspectiva desde la que yo trabajo. Trato de conceptualizar en torno al título y sonido y eso ha desaparecido. También se habla de Internet como la panacea porque no existen intermediarios a la hora de conectar con el público, parece que se van a resolver los problemas de la música, de la industria y no es tan así. Internet es en gran medida ruido y dar a conocer tu música en medio de ese ruido es tan difícil como lo era antes. Lo que pasa es que antes es verdad que existía un amplificador (por lo menos en lo que respecta al género de la canción de autor) y que era la radio y los periódicos.

Creo que esos amplificadores ya no son tan eficaces. Primero, porque en la radio no suenas y en los periódicos se vende menos papel y han perdido ese carácter inmediato y, por lo tanto, de influencia. La gente exige una inmediatez y de alguna manera, la putada (que a su vez es algo maravilloso) es que los periódicos son rehenes de esa obsesión por lo inmediato y que hace que algo pase al olvido en segundos. La canción de autor y la música requieren una calma, un espacio de reflexión que el flujo tan constante de información impide. Somos incapaces de reflexionar en profundidad y solo surfeamos. Estamos perdiendo el matiz de las cosas, vamos al titular, a los 140 caracteres. Y ese matiz que se pierde es muy importante para conformar una opinión y ni qué decir cuando hay que profundizar en una propuesta artística.

Dices en la canción «Véstigo», canción de tu primer disco: «Y cuando por fin me observe en tu espejo, espero al menosque me reconozca, me recuerda al que soy ahora...» ¿Te reconoces en el espejo?

Sí, es algo que me enorgullece de alguna manera, mirarme y reconocerme con todos los cambios y cosas que he aprendido. Reconocer al chaval que pretendía dar a conocer su música hace 20 años porque me siguen moviendo las mismas cosas.

¿Qué hubieras cambiado de tu carrera en estos 20 años? ¿Te arrepientes de algo?

No entro en esa reflexión porque es estéril pensar en lo que podría haber hecho. Soy un resultado de mis aciertos y desaciertos y me amigo con ello. Sí creo que quizás hubiera estado bien, si me viera a mí mismo dentro de 20 años me hubiera dado el consejo de ser más flexible, menos soberbio, menos solemne a la hora de pronunciarme musicalmente porque eso te hace perder naturalidad y, por lo tanto, contacto con la realidad. Pero a su vez pienso que si me diera ese consejo lo desatendería. Y también está bien porque era mi propuesta. Y además, esa arrogancia es propia de la juventud y hay que aceptarla.

¿Le cantas menos a la política que antes?

No. Lo que pasa es que siempre se ha puesto mi mirada más en la política y en lo social por parte de los medios. Pero si haces repaso de mis primeros discos y la mayor parte de mis canciones son de amor y no tienen tanto componente social.

Pero eran más reivindicativas que las letras de ahora...

Quizás eran más explícitas y más concretas. Pero no, en mi anterior disco «La llamada» le canto a la precarización, hago referencias a las puertas giratorias y a la necesidad de autocrítica de la izquierda...No hago referencias a conclifctos tan concretos aunque sí lo podría ser «Luces errantes» que es un disco anterior, en el que hablo de los refugiados…

¿Te gusta seguir definiéndote como cantautor 20 años después, en 2017?

Sí y, de hecho, lo reivindico. Está injustamente denostada. Se ha estigmatizado la figura del cantautor y me indigna que haya gente que rehúya de ese término. Me parece desleal y que no responde a un criterio artístico, sino más bien a una cuestión promocional, de ser bien mirado, no tanto como se mira uno sino como a uno le miran los demás. Creo que hay prescindir de la mirada del otro a la otra de definirse y reafirmarse. Hay que hacer lo que uno hace con orgullo. Me siento muy identificado con el término cantautor porque los las canciones que me han influido y emocionado han sido escritas por cantautores.

¿Cñomo te ves en el corto plazo y en el largo? ¿Hay nuevos planes?

Me gustaría hacer más cosas. Sigo con esto de la música y en la dirección que he mantenido hasta ahora, pero me apetece hacer más cosas. Seguir escribiendo cosas para niños que ha sido una puerta que se ha abierto y me ha dado muchas satisfacciones. Me apetece también escribir teatro, otro tipo de cosas.

Cada día surge un cantante nuevo, un «hit» nuevo, ¿te da miedo tanta competencia, incluso aunque no sea de tu género?

La competencia feroz siempre ha existido porque la industria y el modelo social en el que vivimos lo que pretende es generar necesidades inmediatas y constantes y que se puedan sustituir la una por la otra. Lo malo no es que la música sea tratada como un objeto de usar y tirar sino también los artistas. Y fruto de eso han surgido realities que tratan a los artistas así, como un objeto de consumo. Eso siempre ha sido así. Compites de forma desigual con otros artistas que tienen unas plataformas de difusión más agresivas, extensas, grandes...Pero no creo que hayan cambiado tanto las cosas.

¿Qué opinas del reggaetón?

Es un ritmo que en sí mismo no es malo. Estoy seguro que se hacen propuestas que no tienen carácter machista que tiene lo que se ha impuesto hegemónicamente dentro del reggaetón. Creo que hay propuestas sumamnete interesantes desde lo musicial y tienen que ver con la fusión. Tiene una fuerza y un carácter popular genuino teniendo en cuenta que es la música que mucha gente escucha y vive de manera intensa. Otra cosa es el mensaje que nos lleva que tiene que ver con la cosificación de la mujer. Pero estoy seguro que se hace un reggaetón diferente.

¿Te ves cantando con Daddy Yankee, Luis Fonsi o Cali y el Dandee?

Me veo más con Calle 13. Igualmente, me parece divertido chocar con universos musicales diferentes. Es un reto interesante y no tengo prejuicios. Pero no me veo haciendo un reaggetón con las temáticas habituales que tiene porque lo que queremos decir los que lo hacen y lo que hago yo es diferente.

¿Qué será de Ismael Serrano después de este cumpleaños, cuál es el siguiente paso? ¿Otro disco?

De momento, embarcarme en una gira que será muy intensa. Me apetece mucho, igual que hicimos una gran producción con músicos, ahora quiero hacer algo más sencillo también dentro del marco del 20 aniversario. Porque no quiero dejar esa faceta mía con la guitarra al hombro, me apetecería grabar algo más acústico, más sencillo porque forma parte también de mi expresión musical. Y me gustaría dejar constancia de eso también.

¿Estás más cómodo en un gran teatro o dando un acústico para cien personas?

Me gusta también convertir un concierto en una celebración multitudinaria. Es divertido también. La energía que se maneja es muy especial y emocionante. Y lo íntimo también, es como la vida que hay momentos más festivos, otros de recogimientos, cada cosa tiene su aquel.

¿Cómo estás personalmente?

Me encuentro conflictuado en muchas cosas pero lejos de verlo como un drama, lo veo como algo positivo porque estoy vivo. No estoy en una posición acomodaticia. Estoy conflictuado porque siento que estoy ante un reto: ¿Qué voy a hacer? Y me digo a mí mismo: «Ponte las pilas porque tienes que seguir creciendo». Me siento interpelado por mi hija que también me exige que el compromiso con la realidad sea efectivo para que el mundo qeu le toque vivir sea mejor. Me siento vivo, a veces en una montaña rusa pero eso es positivo desde el punto de vista creativo y también vital. No me siento inmerso en la rutina.

¿Te sientes un veterano aunque solo tengas 43?

Sí, a veces sí. A veces me cuestiono si he llegado tarde a mi mejor momento. En esta industria la juventud es un valor sobredimensionado y ves gente combatiendo el paso del tiempo como puede. Escucho gente de mi edad hablando en unos términos del amor, de las relaciones adolescentes que me parecen difíciles de creer porque nuestra vida va en otra dirección. Yo puedo enamorarme como un adolescente pero no vivo las relaciones de la misma manera. Hay como un combate con el paso del tiempo y que proyecta una fantasía de lo que le gustaría ser y no es. Pero asimilar el paso del tiempo es positivo. Pero sí que es verdad que a veces me siento como si hacerte mayor exigiera un doble esfuerzo a la hora de argumentar, y sobre todo, de cara a los medios donde la juventud es un valor que tiene que ir de la mano del éxito. El éxito de alguien que sobrepasa a los 40 es como algo cuestionado.

¿Sientes que has tenido más éxito en Latinoamérica que aquí? Allí has llenado diez teatros diez días seguidos...

Es verdad que la realidad musical se vive de otra manera. Aquí no existen teatros para 3.000 personas. La música, por desgracia de vive de otra forma. Allá se vive con un apasionamiento que no hay aquí. No solamente la mirada hacia la música sino también hacia el músico. He estado con Serrat o Viglietti en Chile y allí los jóvenes les llaman maestros, cosa que aquí es impensable. Aquí hay como un desdén. Hay como una reprobación del éxito en la música, una culpabilización. Te tiene que ser sentir culpable de que las cosas te vayan bien y encima tienes que explicarlo. “A mí me ha ido bien pero porque me lo curro muchísimo”. En Latinoamérica hay un reconocimiento honesto, del señor mayor que lleva toda la vida dedicado a la música. También en Estados Unidos ves a Tony Bennett dando conciertos con 91 años o a Aznavour en Francia…Aquí haríamos una caricatura de algo así porque nos cuesta entenderlo.

¿Cómo ves la situación política en España?

Los políticos no están a la altura de las circunstancias porque en una situación de crisis como la de ahora la responsabilidad de un político es distender los conflictos, suavizar las tensiones y buscar soluciones con una mirada a largo plazo. Y los políticos están haciendo propuestas con una mirada no a largo plazo sino electoralista y de forma muy irresponsable porque eso se traduce en una fractura social que luego es muy difícil de resolver.

No se puede generar ruido, sino lo contrario. Y además, convengamos que está sirviendo para tapar una agenda que creo que tiene otras prioridades; existen en España problemas acuciantes que se están desatendiendo y se le pone al foco a algo, que no le quito importancia, pero hay que cuidar otros frentes. Lo que se hizo hasta ahora me parece mal, evidentemente está mal gestionado si hemos llegado a este punto de fricción. Escuchar a Rajoy que diga que aunque convoquen elecciones no va a retirar el 155 eso revela que la intención no es resolverlo sino generar más tensión en vías a las elecciones.

No puedes estar legislando solo en torno a tu electorado y sobre todo ante un conflicto que se lleva repitiendo en España desde hace tiempo. Ya que se las dan de hombres de Estado que lo sean. Es un conclficto que hay que resolver con generosidad.

¿En qué se traduce a tu juicio esa generosidad? ¿En un referéndum?

En un referéndum pactado. Es que no queda otra. Hay un anhelo independentista que está ahí. Hay millones de personas que quieren ser escuchadas y habría que ver qué encaje se le da. Acá todos decimos que si son mayoría o minoría. Pues para saber los que son basta con convocarles a las urnas. Lo que opine al respecto no es trascendente, pero la pregunta es: ¿Qué haces? La represión policial que ha habido no tiene ningún sentido. Un conflicto de estas características no se puede resolver ni penal ni policialmente. Requiere política. Y así lo pide la ciudadanía.

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