Festival de Peralada

Una Butterfly guerrera

La popular «Madama Butterfly» regresó al escenario del Festival Castell de Peralada (Girona) esta vez en una coproducción del evento ampurdanés y la Deutsche Oper am Rhein

Escena de «Madama Butterfly» ABC

PABLO MELÉNDEZ-HADDAD

La popular « Madama Butterfly » regresó al escenario del Festival Castell de Peralada (Girona) esta vez en una coproducción del evento ampurdanés y la Deutsche Oper am Rhein, donde se estrenó hace unos meses. Con la firma de Joan Antón Rechi en la dirección escénica, la propuesta sumerge a la trágica geisha en un ambiente bélico lleno de buenas ideas; y si no es nada novedoso que la protagonista occidentalizada en el segundo acto se instale en Nagasaki y en el consulado estadounidense -donde, en este caso y en el primer acto, les dejan una habitación para pasar la noche de bodas-, la pobre ha de esperar en sus ruinas después del estallido de una bomba a la espera de noticias de su añorado Pinkerton . Visualmente se le da la vuelta a la obra maestra de Puccini , nada lejos del exotismo japonés que le es inherente.

Colaboradores de lujo

Afortunadamente Rechi contó para ello con unos colaboradores de lujo como son Alfons Flores en la escenografía y Mercè Paloma en el exquisito vestuario, junto a un creativo Alberto Rodríguez en la iluminación. Juntos dibujaron los ambientes necesarios para dar credibilidad a la propuesta, con un realismo que ayudaba a entender la descontextualización planteada y una dirección de actores muy convincente, lleno de detalles. Ermonela Jaho acaba de cantar el papel protagonista en Madrid, Washington y Londres; curtida en la piel de Cio-Cio San, aportó pianísimos divinos y una actuación tan emotiva como ideal, dándolo todo. Bryan Hymel volvió a Peralada con un Pinkerton sin fisuras, con un canto muy afín al personaje (juntos cantaron la obra en Orange el año pasado), mientras que Carlos Álvarez , que inauguró la temporada de La Scala con este mismo rol, fue un Sharpless impecable, dando una nueva lección teatral y de canto en todos los sentidos. Gemma Coma-Alabert cantó una Suzuki poderosa y Vicenç Esteve fue un Goro eficaz. La Bilbao Orkestra Sinfonikoa, con buenos momentos, no siempre aportó delicadeza y el Coro del Liceu volvió a demostrar su nivel. Dan Ettinger , desde el podio, aprovechó como pudo la riqueza de matices que ofrece la exótica partitura dando espacio a los solistas para desarrollar esos detalles que convierten la música en pura emoción.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación