David Bowie, durante un concierto de homenaje a Freddie Mercury en el estadio de Wembley de Londres en 1992
David Bowie, durante un concierto de homenaje a Freddie Mercury en el estadio de Wembley de Londres en 1992 - REUTERS

Bowie padecía cáncer de hígado y sufrió seis ataques al corazón en los últimos años

Los más cercanos al músico fallecido comienzan a desvelar detalles de la enfermedad que padecía y que logró mantener en el más absoluto secreto

Corresponsal en Nueva York Actualizado: Guardar
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El mundo ha obedecido su orden. «Mira aquí arriba, estoy en el cielo», arranca Bowie en «Lazarus», la banda sonora en medio planeta desde que la semana amaneció con la noticia de su fallecimiento. La canción y su videoclip se dieron a conocer apenas tres días antes, el 8 de enero, cuando se publicó su último álbum, «Blackstar», coincidiendo con el 69 cumpleaños del artista. Y el mundo no ha dejado de mirar al cielo desde entonces, en celebración al «hombre de las estrellas», que siempre pareció de otro galaxia, y que ahora ha tomado el camino de vuelta. En la acera del número 285 de Lafayette Avenue, la residencia de Bowie en Manhattan, ardieron las velas la pasada madrugada entre la montaña de flores, fotografías y mensajes de sus seguidores, mientras las redes sociales recogían por igual las despedidas de familiares, otras estrellas del gremio y ciudadanos rasos.

El mejor homenaje, sin embargo, fue el que le dieron sus más cercanos durante los dieciocho meses que peleó contra el cáncer. En la era de las filtraciones, de las especulaciones aireadas en blogs, tabloides y redes sociales, parece un milagro que a casi todo el mundo le haya pillado por sorpresa la muerte de Bowie. El silencio de sus colaboradores es lo que le ha permitido al artista ejecutar un impresionante álbum de despedida y estrenar una obra de teatro musical en Nueva York. Sin distracciones ni rumores, se sumergió en apuntalar su legado y publicar otro disco que hace cinco días era otro giro genial de Bowie, pero que hoy se lee como un epitafio.

Los guardianes del secreto

Uno de los guardianes del secreto ha sido Ivo van Hove, el director de «Lazarus», el musical que comparte nombre con la canción del álbum «Blackstar» y que se estrenó el pasado diciembre en el New York Theatre Workshop, con música del artista británico y con un guión en el que Bowie también participó. «Me dijo hace más de un año y tres meses que tenía cáncer de hígado», dijo Van Hove a la cadena de radio holandesa NOS.nl. Hasta el momento, la familia de Bowie no ha confirmado qué tipo de enfermedad padeció el artista. «Fue justo después de que él lo supiera», añadió Van Hove. «Tenemos que trabajar con mucha intensidad en el próximo año y quiero que sepas, si no puedo continuar, por qué es», le dijo el artista.

«Estaba muy débil físicamente, pero no mentalmente. Peleó como un león», dice Ivo van Hove

Durante los ensayos, el artista estaba «muy débil físicamente», reconoció Van Hove. Pero no mentalmente. «Peleó como un león» durante su enfermedad y llegó a proponerle hacer una segunda obra cuando acudió al estreno de «Lazarus» el pasado 7 de diciembre, poco más de un mes antes de su muerte. Esa fue la última aparición pública de Bowie, que lució sonriente, moreno, con su peinado exquisito de siempre y hecho un pincel. Era imposible pensar que Bowie era entonces un enfermo terminal. De puertas adentro, la realidad era otra. «Detrás del escenario se desplomó exhausto. Me di cuenta de que podía ser la última vez que lo viera», relató Van Hove.

La misma discreción mantuvo el colaborador esencial en «Blackstar», el productor Tony Visconti, cómplice musical de Bowie desde «Space Oddity». Visconti ha reconocido ahora que supo de la enfermedad desde hace un año, pero evitó cualquier mención sobre ello. «Tiene buena salud», aseguró a «Rolling Stone» en un amplio reportaje sobre la intrahistoria del último disco. «Acaba de hacer un álbum muy potente». Los músicos de «Blackstar», con los que pasó interminables sesiones de grabación, ni lo sabían ni lo sospecharon. Su voz y su energía creativa, al menos dentro del estudio, no habían sufrido por el cáncer. Brian Eno fue uno de los que recibió mensajes de Bowie pocos días antes de su muerte. «Gracias por los buenos tiempos que pasamos, Brian, nunca se pudrirán», le decía en un correo electrónico. «Ahora me doy cuenta de que era su forma de decir adiós», dijo ayer Eno. Bowie tampoco dio una despedida formal a los músicos que actúan en «Lazarus» –las pocas entradas que quedan para el musical se venden a cerca de mil dólares la pieza–, a quienes el destino les llevó a un homenaje especial al británico: el mismo día en el que se conoció su muerte grabaron en estudio los temas de la obra para la posteridad.

No hay detalles del funeral

Por su parte, Wendy Leigh, autora del libro «Bowie, the Biography» (Bowie, la biografía), publicado en 2014, afirmó a la cadena BBC que el músico padecía otros problemas de salud, informa Efe: «Físicamente, no solo tenía que batallar con el cáncer. También padeció seis ataques al corazón en los últimos años. Sé esto por alguien muy cercano a él».

Todavía no hay detalles sobre el funeral, aunque se cree que se celebrará en Estados Unidos. El Carnegie Hall tenía previsto un concierto-homenaje a Bowie el 31 de marzo, programado mucho antes de conocerse su muerte, con la participación, entre otros, de Cyndi Lauper, Jakob Dylan, The Roots y Tony Visconti. Todo apunta a que ahora otros grandes de la música se sumarán al concierto en el templo musical neoyorquino. Será el mejor réquiem por Bowie.

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