¿Quiénes son los asesinos de las grandes estrellas de la música?

La posible puesta en libertad de Mark David Chapman recuerda los casos de otros criminales que acabaron con la vida de genios del pop, el rock y el soul

El músico británico John Lennon Bob Gruen
Nacho Serrano

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A quien más quien menos, el nombre de Mark David Chapman le suena de algo. Y es que acabar con la vida de un artista famoso puede otorgar un poco de fama. Pero también el odio eterno de millones de personas, fans o no, que nunca se explicarán el por qué de crímenes tan absurdos y dolorosos como el que aquel infeliz cometió en el portal del edificio Dakota de Manhattan, el 8 de diciembre de 1980.

Dentro de un par de semanas, Chapman podría salir a la calle si la Junta de Libertad Condicional del estado de Nueva York considera que ya ha pasado suficiente tiempo entre rejas . En ese caso será una jornada judicial histórica, que sin duda también seguirán desde la cárcel los asesinos confesos de otros músicos célebres, como Yolanda Saldívar o Nathan Gale (homicidas de la cantante Selena y el guitarrista Dimebag Darrell ).

Otros lo harán desde la comodidad de su casa o desde donde quiera que estén ahora, como Luc Havan , que pasó sólo cuatro meses en prisión tras quitarle la vida a Jaco Pastorius en septiembre de 1987. Aquel día el legendario bajista había estado bebiendo demasiado, y acudió junto a su ex novia a un recital de Carlos Santana en unas condiciones bastante lamentables. En un momento de absoluto delirium tremens subió al escenario para boicotear al concierto, por lo que fue expulsado del recinto. Solo y desorientado, intentó entrar por las malas en un pub de la zona y acabó muerto a golpes por Havan, que trabajaba como portero.

Sin condena

Tampoco recibió una condena severa Bertha Franklin , responsable dela muerte del gran Sam Cooke . El 11 de diciembre de 1964, el cantante de soul decidió pasar la noche en el Motel Hacienda de Los Angeles, regentado por Franklin. Según su declaración, Cooke apareció en el hall desnudo y profiriendo amenazas, ella se asustó, cogió un arma y apretó el gatillo. «Señora, me ha disparado», fueron las últimas palabras del autor de «A change is gonna come». El juez consideró que Franklin actuó en defensa propia y cerró el caso .

En muchos casos de muertes violentas de músicos, el asesino salió impune. Especialmente en el mundo del hip-hop, donde a día de hoy se siguen viendo tiroteos mortales que no dejan pistas para los investigadores. Todavía se sigue buscando a los asesinos de Tupac Shakur , acribillado a balazos el 13 de septiembre de 1996 en Las Vegas, y de su archienemigo Notorius B.I.G ., asesinado en muy similares circunstancias menos de un año después.

Otra de los asesinatos más famosos del hip-hop fue el de Jam Master Jay , en 2002. Este influyente pinchadiscos, miembro de los seminales Run-DMC cayó abatido por un disparo en la cabeza al salir de un estudio de grabación en Queens, sin que ningún testigo pudiese dar pistas sobre lo sucedido.

Escena peligrosas

El reggae también vivió días convulsos en la década de los ochenta, tras la muerte de Bob Marley . Uno de sus viejos compañeros, Peter Tosh, fue tiroteado en su casa de Kingston (Jamaica) en 1987 por unos desconocidos, que algunos relacionaron con la CIA debido al activismo político del artista. Ese mismo año, otro miembro del grupo de Marley, el baterista Carlton Barret , sucumbió ante las balas de una pistola. Pero esta vez, el asesino fue un sicario contratado por su propia esposa.

Hay una escena musical especialmente peligrosa para la salud: la de los narcocorridos. En ella se han producido docenas de muertes violentas ordenadas por jefes de distintos cárteles, siendo la más célebre la de Valentín Elizalde , en 2006. Este joven músico (tenía 26 años) fue tiroteado nada más bajar de su coche en Reynosa (México), en un atentado en el que podría haber estado implicado el mismísimo «Chapo»Guzmán . Peor suerte tuvo Sergio Gómez , otro cantante a quien torturaron durante horas antes de darle muerte.

En la escena de punk, donde las muertes trágicas suelen tener más que ver con el abuso de drogas, también se vivió un día negro en el verano de 1993. La carismática cantante de The Gits, Mia Zapata , fue violada y asfixiada por un desconocido nada más volver de gira a su ciudad, Seattle.

El folk tampoco se ha librado de muertes violentas. Una de las más misteriosas fue la del virtuoso Lenny Breau , cuyo cuerpo fue encontrado flotando en una piscina de Los Ángeles el 12 de agosto de 1984. Se pensó que había sido un accidente, pero la autopsia reveló la auténtica razón de su muerte: estrangulamiento.

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