Arizona Baby, durante su actuación anoche en el Womad
Arizona Baby, durante su actuación anoche en el Womad

Arizona Baby toma por asalto el Womad

Los pucelanos despliegan su rabiosa energía acústica en la inauguración de la primera edición del festival en Fuerteventura

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Los sonidos de raíces americanas tomaron al asalto, este viernes, la primera jornada del Womad en tierras de Fuerteventura. Allí, en medio de un típico pueblo costero y en dos escenarios diferentes situados sobre la arena de la playa de Gran Tarajal, comenzó esta nueva etapa del festival, que hace un par de años dejó de celebrase en Las Palmas por problemas económicos.

Fue Arizona Baby la banda que dejó tras de sí una estela de energía rockera con sus continuas ráfagas de blues texano. Tres hombres barbudos en el escenario que no dan tregua al personal desplegando un muro de sonido acústico y comentarios jocosos. Poco antes, Julián Maeso, excomponente de The Sunday Drivers, trajo una música de rasgos similares, pero con una mirada más setentera, apoyada en instrumentos eléctricos y, sobre todo, en el teclado del propio Maeso.

Contra las prospecciones petrolíferas

Estuvo a la altura de ese género que han practicado conjuntos tan legendarios como la Creedence Clearwater Revival, y eso que no lo tuvo fácil el toledano, ya que, a la sorpresa inicial que provoca una propuesta así entre un público eminentemente playero, hay que sumar que la banda anterior resultó ser la colombiana La Chiva Gantiva, con el clásico sonido mestizo, aderezado con metales, que tan buen resultado suele dar en estos eventos al aire libre y con la gente con ganas de divertirse. Algo que fue evidente que consiguió con estos músicos, que no dudaron en manifestar su rechazo a las prospecciones petrolíferas en el archipiélago. Este asunto sobrevuela el festival desde su misma inauguración, y se destacó asimismo en el manifiesto leído a mitad de la velada.

Tras el torbellino de los pucelanos el ritmo se rompió con la subida el escenario ll de L'Hijâz'Car, con su muy interesante fusión de sonidos árabes y jazzísticos. Una traquilidad que resultaba un poco anacrónica a esa hora, las doce de la noche, y los lugareños con el jolgorio en el cuerpo.

Para volver a entrar en esa dinámica hubo que esperar a Seun Kuti, hijo del legendario Tela Kuti y uno de sus discípulos en eso de hacer explosivo afrobeat.

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