décimo aniversario

Los sitios para recordar a Rocío Jurado en Chipiona

LA VOZ realiza un repaso de los lugares y monumentos más emblemáticos que recuerdan a la artista en su pueblo natal

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Diez años después de su fallecimiento, su vida y trayectoria profesional se mantienen viva en el recuerdo de sus vecinos. Ya hace una década que una de las voces más universales de la canción española se apagaba para siempre. LA VOZ realiza un repaso de los lugares y monumentos más emblemáticos que recuerdan a la artista Rocío Jurado en su pueblo natal de Chipiona.

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  1. La casa 'Mi abuela Rocío'

    La casa 'Mi abuela Rocío' es uno de los puntos más emblemáticos de la presencia de Rocío Jurado en Chipiona. Se convertió en lugar de homenajes espontaneos en los días posteriores a su muerte. Y hoy, sigue siendo uno de los lugares más visitados por los miles de seguidores de la artista que acuden a conocer el pueblo que la vió crecer.

    Situada en la Avenida Nuestra Señora de Regla 61, se encuentra la mítica casa de la artista en Chipiona, donde tantas veces recibía a sus amigos más íntimos y conocidos.

    Todos los años se podía ver a Rocío asomada al balcón presenciando la procesión de la Virgen de Regla de la que era muy devota.

  2. Su casa natal

    En su barrio marinero. En la calle Larga 115 se encuentra la casa en la que nació la cantante el 18 de septiembre de 1946.

    Su padre, Fernando Mohedano Crespo, era zapatero y cantaor de flamenco en sus ratos libres; su madre, Rosario Jurado Bernal, era ama de casa y cantante aficionada de la música española. Junto con sus dos hermanos menores, Amador y Gloria, Rocío se crió en el seno de una familia humilde. Ahí, fue dónde aprendió a amar la música. Su primera presentación en público la hizo a los ocho años, en una obra en su Colegio de La Divina Pastora.

    También aprendió a trabajar duro desde muy niña. Cantaba misas, participaba en festivales de su colegio. Además, trabajó de zapatera, recolectora de frutas y aún tenía tiempo para presentarse a los concursos. Para recordarla se instaló un azulejo conmemorativo en la fachada de su casa de la calle Larga.

  3. El monumento a Rocío Jurado

    El Monumento a la Rocío Jurado más impetuosa. Una obra escultórica de Juan de Ávalos de bronce y piedra sobre un pedestal de mármol que se sitúa justo en el centro de una rotonda adornada por rosas rojas; y que fue inaugurada en 1994. Es ésta la representación de una Rocío más joven e impetuosa, en homenaje a la folclórica que rompió esquemas con su sensualidad y llevó el traje de noche al escenario.

    Ubicada en la calle que lleva su nombre, su situación no puede ser mejor, cerca de su barrio marinero dónde ella se crió, a un paso de la playa de la Cruz de Mar, por la que tantas veces paseo y se bañó con sus amigas de la infancia; y frente al Puerto Deportivo Pesquero.

  4. El mausoleo

    Como si fuera la tumba de una faraona egipcia. Así ha quedado definitivamente el mausoleo de Rocío Jurado en el cementerio de San José de Chipiona. Se trata de una escultura de Luis Sanguino en bronce donde se la ve sentada en una silla con la misma estética -bata de cola, moño y peina- con la que aparecía en ‘Azabache’, el espectáculo que abría todas las noches la ‘Expo’ de Sevilla con el archifamoso Suspiros de España. La Rocío de la tumba lleva en la mano derecha una medalla de su Virgen de la Regla y en la izquierda un clavel reventón.

    Frente a la tumba, un atril de bronce y mármol con un libro abierto donde aparece el poema que le escribió su amigo, confidente y vecino Rafael Alberti. Una amistad que mantenían de muchos años atrás. Alberti le regalaba sus letras y ella nunca faltaba a sus homenajes. Ahora la familia ha querido que estas palabras que fueron de amor y sentimiento formen parte de la esencia eterna de ‘La Más Grande’.

    Tú eres el sueño del alba,

    la sábana de la aurora,

    desnuda a la madrugada.

    Canta, Rocío del mar,

    Rocío primero de la mañana.

    Ansias de los lentos barcos,

    viento que llega y no pasa.

    Canta, quédate en el sueño,

    quédate para siempre y no te vayas...

    Rocío del mar de Cádiz,

    faro que nunca se apaga.

    Canta siempre, amor Rocío...

    Canta... Canta... Canta.... Canta...

    El mausoleo es visitable de lunes a sábado (de 09 a 13 y de 16 a 18 horas) y los domingos (de 9 a 12 horas).

  5. La estrella de Rocío

    La estrella de Rocío Jurado luce en el firmamento de Chipiona, junto al Santuario de la Virgen de Regla. Ella no podía ser menos que los consagrados de la gran pantalla que ya tienen su propia estrella en Hollywood. Una estrella de cinco puntas y la firma de Rocío Jurado sobre un clavel es el símbolo de la cantante en su pueblo.

    Se trata de un peqeño monolito de marmol, con un grabado de estrella que muestra su firma y un clavel, flor típica de la zona y que tanto acompañó a la cantante en sus actuaciones.

  6. Bar Tani

    El fallecido Ricardo Naval, propietario del conocido Bar Tani de Chipiona, fue uno de los primeros seguidores de Rocío Jurado, desde sus comienzos artísticos.

    El que fuera su bar, que se encuentra en pleno centro de Chipiona, ofrece todo un museo fotográfico de la chipionera y en el que se puede escuchar su música. Es un agradable establecimiento que cuenta con un tranquilo patio interior, muy típico de las casas antiguas. Bar Tani alberga más de 800 cuadros de la cantante y de otros artistas célebres.

  7. El Santuario de Regla

    La última vez que Rocío Jurado estuvo en Chipiona fue el 5 de enero del 2006. Llegó hasta el Santuario de Regla en compañía de José Ortega Cano, vestía un chándal color verde esperanza, el pelo recogido en una coleta, el rostro limpio y una sonrisa. Su fiel Juan de la Rosa la recibió en las escaleras y le entregó una flor, ella le acarició la mejilla y entró a rezar ante la Virgen de Regla. Estaba preparada para lo que fuera. Diez años sin ella que siguen siendo diez años con ella.

    Ante la Virgen de Regla se casó la chipionera con Pedro Carrasco el 21 de mayo de 1976. Rocío llegó en coche de caballos y llevó un traje de Herrera y Ollero inspirado en una bata de cola, en el pelo una trenza a modo de diadema de la que salía el velo. Todo el pueblo la acompañó.

    Rocío siempre visitaba a la Virgen en sus estancias a su pueblo.

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