Enrique Vila-Matas: «Hay que huir de la gente con certezas. Todo es relativo»

El escritor presenta su nueva novela, «Esta bruma insensata» (Seix Barral)

Enrique Vila-Matas, durante la presentación de su novela en Sevilla Raúl Doblado

Andrés González-Barba

Enrique Vila-Mata s (Barcelona, 1948) acaba de publicar su última novela, «Esta bruma insensata» (Seix Barral), donde reflexiona sobre la condición del escritor a partir de la doble figura de Simon Schneider y de Gran Bros. El primero, un distribuidor de citas, trabaja para el segundo, que es un autor de gran éxito y que vive oculto en Nueva York desde hace muchos años sin que nadie sepa apenas ningún dato sobre su vida.

En este libro tienen una presencia destacada los sucesos del «procés» , pero el autor no desea hablar durante la entrevista abiertamente de política «porque luego eso será el titular y yo no me caracterizo por afirmar nada rotundamente». «Hago artículos que hablan de política, pero distintos a los de los demás».

Preguntado sobre si le gusta ser español, comenta que «es como si me preguntan si creo en Dios o por la vida de las hormigas en domingo. No sé qué decir. Gustar, lo que se dice gustar, a mí me puede gustar contemplar un cuadro».

Arremete Vila-Matas contra un tipo de «novela ejemplar» que abunda en estos momentos y que «no me interesa porque está muy sujeta a la actualidad. Las novelas deben tratar sobre algo que ocurre, pero distanciándose de la realidad». «Esta historia —prosigue— está ambientada a finales de octubre de 2017, pero no se sabe desde cuándo está contada porque se narra desde el futuro».

En cuanto al título de la novela, «Esta bruma insensata», según este autor, se refiere «básicamente al mundo mismo. Uno espera que se levante la bruma para ver el río y lo que hay más allá del río. Esa sería la metáfora más general que funcionaría en todos los países donde se lea la novela. Otra bruma se referiría a la situación política en la que nos encontramos en estos momentos. El título refleja mi visión del mundo, que es muy neblinosa , ahora bien, se puede trasladar a la situación política que se vive ahora en Europa en general y en España en particular». En todo caso, confiesa que es el libro «más abierto a interpretaciones de los que he escrito» .

Para el autor de «Dublinesca» siempre se debe tener una postura de incertidumbre ante la vida. «Una persona que siempre tiene certezas es un espanto. Hay que huir de la gente con certezas . Incluso si llueve, te voy a rebatir que llueve para que no sea tan rotundo. Todo es relativo, incluso la lluvia. Depende del punto de vista».

En la novela Simon Schneider «cree que es la esencia de la literatura de Gran Bros y le reprocha no creer en la teoría sobre la que se sustenta toda su literatura desde que está en Estados Unidos. Es la teoría de que sus cinco novelas se han escrito desde la intertextualidad. Mientras Simon cree que es la esencia de la literatura del otro, Gran Bros no cree en nada».

El poder de la reescritura

Por otra parte, asegura Vila-Matas que este es el libro en el que más ha trabajado desde la reescritura. «Le he quitado muchas cosas para conseguir un ritmo. A medida que iba averiguando de qué iba el libro, volvía al principio y reescribía las primeras páginas para ir avanzando y viendo lo que escribía. Es curiosamete mi obra más narrativa, pero también la más metaliteraria de todas . La combinación es tan extraña que para mí es mi libro más original, porque triunfa la narratividad sobe las pegas que puedan ponerle algunos lectores».

En cuanto a su relación con su personaje público, Vila-Matas asegura que la han construido los demás. « No creo que nunca haya creado a propósito una imagen pública . Hace años tenían una imagen en Barcelona porque me veían en la barra de un bar los sábados y domingos y pensaban que sólo me dedicaba a salir por las noches, pero el resto de la semana trabajaba mucho y eso nadie lo veía».

Ironiza el escritor barcelonés sobre el hecho de que él mismo haya salido como personaje en más de treinta novelas:«Las he leído todas, pero no me identifico nada con lo que dicen . Hay muchas personas que ni me han visto ni me han conocido nunca, pero también soy personaje de sus libros. Hubo un señor que me destrozó en Gerona porque, después de muchos años de rarezas, hablé con normalidad al público y cuando menos lo esperaba me dijo:¿Sabe usted que me ha decepcionado mucho? Es usted muy vulgar».

Respecto al hecho de haber entrado en alguna de las listas de candidatos al premio Nobel de Literatura , afirma que «hace treinta años una periodista de Cambio 16 me preguntó que qué haría si me dieran el Nobel y yo le contesté que lo rechazaría. Ella al final tituló la entrevista con esa idea. Eso me hizo famoso. Una vez me invitaron a cenar al ayuntamiento de Estocolmo porque presenté uno de mis libros en Suecia. Estuve con otros escritores en el mismo sitio donde cenan en el Nobel. Al salir de allí me dije que eso me pasaría si me dieran el premio y que respiraría ese mismo aire libre de esa noche. Pensé que con eso me bastaba». «Por otra parte —añade—, si me dieran el Nobel este año lo compartiría con otro escritor, y entonces estaría convencido de que el otro u otra a la que se lo hubieran dado era inferior a mí».

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