Yasmina Reza, el jueves antes de leer el pregón
Yasmina Reza, el jueves antes de leer el pregón - Efe

Yasmina Reza: «Me niego a creer que la mitad de los franceses sean extremistas»

La autora de «Babilonia» pronuncia el pregón de Sant Jordi, preludio de la fiesta del libro y la rosa

BARCELONA Actualizado: Guardar
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Yasmina Reza ha pasado por Barcelona para pronunciar el pregón de Sant Jordi, preludio de la fiesta del libro y la rosa, que se celebra hoy. La autora de «Arte» –un clásico del teatro que se ha representado varios meses en el teatro Goya barcelonés con lleno diario– retorna a su faceta de novelista con «Babilonia» (Anagrama), premio Renaudot 2016, una tragicomedia con alguna hechura de thriller: Elisabeth, la protagonista, sesentona ingeniera de patentes del Instituto Pasteur, celebra una fiesta con amigos que tendrá un colofón, digamos, inesperado.

Las vidas de los personajes, con continuas apelaciones al pasado y los amores de «lo que pudo haber sido y no fue», colisionan, como sucede en «Felices los felices» o «Un dios salvaje», en una catarsis emocional.

Reza nos vuelve a interpelar: ¿Qué haría usted si su vecino llamara a su puerta para decirle que ha matado a su mujer? Hay una muerte, pero no es una novela negra, advierte la autora: «El género policiaco es muy difícil… Me interesan los sucesos y los procesos judiciales: cada año asisto a dos o tres; constato cómo una buena defensa difumina la frontera entre la inocencia y la culpabilidad».

La cantera narrativa de Reza es la vida doméstica: «Soy una observadora de las pequeñas cosas. ¿En qué estás pensando mientras te lavas los dientes ante el espejo del baño? Lo cotidiano proporciona reflexiones profundas y representa el ochenta por ciento de nuestro tiempo». En sus obras todo parece estable hasta que estalla en mil pedazos cual bomba de efecto retardado. «La moral se detiene cuando nos ponemos nerviosos. Todo va bien, el matrimonio funciona, pero aparece un breve episodio de nervios y todo salta por los aires… para luego volver a la aparente normalidad. La pareja es la madre de todas las locuras. Si las cosas fueran bien, yo no tendría nada que escribir», ironiza.

La edad de la protagonista nos plantea qué puede hacer uno con su vida cuando ha cumplido sesenta años. En un arrebato de optimismo, Elisabeth monta una fiesta de primavera con amigos más o menos soportables. La edad como guarismo no obsesiona a Reza: «Me relaciono con gente de todas las edades, por eso creo que conviene olvidarse de la fecha de nacimiento», aconseja. Hoy, la escritora francesa está de nuevo en París en las elecciones más inciertas de la V República. «Todos mis amigos tienen puntos de vista diferentes… Me niego a creer que el cincuenta por ciento de los franceses sean extremistas, según voten a Le Pen o Melenchon. Se sienten abandonados por la política actual». Una desilusión que Reza detecta desde hace una década: «La campaña de Sarkozy en 2007 se consideró un modelo político, pero después de la campaña vino la decepción de las promesas incumplidas: primero con Sarkozy y después cono Hollande…» La autora de «Babilonia» no se atreve a emitir un pronóstico: «La Francia de hoy es indefinible y yo soy escritora, no una intelectual. Los escritores comprometidos no me interesan mucho».

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