Virginia Woolf y Vita Sackville-West
Virginia Woolf y Vita Sackville-West - ABC
Pioneras de la libertad

Mujeres que rompieron moldes

Ven la luz un libro dedicado a Victoria Kent y Louise Crane y una novela epistolar que recrea la relación entre Virginia Woolf y Vita Sackville-West

Madrid Actualizado: Guardar
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Virginia Woolf (1882-1941) y Vita Sackville-West (1892-1962) se conocieron en diciembre de 1922. Iniciaron, entonces, una relación que se prolongaría en el tiempo y traspasaría las páginas de la ficción gracias a «Orlando» (1928), la gran novela de la escritora inglesa. Apenas dos décadas después, Victoria Kent (1898-1987) y Louise Crane (1913-1997) estaban llamadas a encontrarse en Nueva York; lo hicieron gracias a unos amigos comunes de la familia De los Ríos García Lorca, que las pusieron en contacto para que la abogada diera clases de español a «Luisa». No volvieron a separarse.

Su historia, la de las cuatro, vuelve a cobrar vigencia casi un siglo después de que todo comenzara gracias a dos obras, escritas por mujeres, y que recuperan el espíritu de estas pioneras de la libertad: «A Virginia le gustaba Vita» (Dos Bigotes), de Pilar Bellver, y «Victoria Kent y Louise Crane en Nueva York. Un exilio compartido» (Sílex), de Carmen de la Guardia.

La primera es una novela, aunque se lee como un relato de no ficción, que recrea la apasionada relación epistolar que Woolf y Sackville-West mantuvieron; la segunda evoca, con detallada documentación, los años que Kent y Crane compartieron en la ciudad estadounidense, mientras en España el franquismo luchaba por condenar al olvido a todas las mujeres como ellas.

Cartas pasionales

Una de las cartas de la correspondencia que mantuvieron Virginia Woolf y Vita Sackville-West
Una de las cartas de la correspondencia que mantuvieron Virginia Woolf y Vita Sackville-West - ABC

«Son mujeres sorprendentes. De verdad se apropian de su destino, y con un empeño increíble, en unos años muy difíciles, donde imperan los valores tradicionales de la domesticidad. Son muy combativas, jamás renuncian a la libertad. Tienen relaciones afectivas y personales libres. Son ejemplares», asegura De la Guardia. La autora destaca, además, la labor política y cultural que Victoria Kent desempeñó en el exilio gracias a la revista «Ibérica», sufragada por Louise Crane y en la que publicaron Salvador de Madariaga, Tierno Galván, Albert Camus, Juan Goytisolo, Tuñón de Lara, Dionisio Ridruejo o Mario Soares, entre otros.

Diversión en el exilio

Quizás debido a la imagen política y sobria siempre asociada a Kent, cuesta trabajo imaginarse a la abogada disfrutando de los clubes nocturnos del Nueva York de la época o visitando exposiciones. Pero lo hacía, y su capacidad de diversión es una de las cosas que más llama la atención de Carmen de la Guardia: «Incluso tenía sus restaurantes favoritos. El exilio es trágico, pero también tiene esa parte de diversión, que enriquece su figura, porque te das cuenta de que es mucho más compleja». Todo gracias, en parte, a la presencia de Crane en su vida. «Los amigos de Louise decían que Victoria era demasiado política y poco cultural, y a la inversa. Mezclan las dos cosas. Son dos personas diferentes, con bagajes e intereses aparentemente distintos». Estuvieron 37 años juntas, hasta que la muerte las separó.

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