El Consultorio de Elena Francis, confesionario de la España de Franco

Un libro recoge los testimonios, en forma de cartas, de miles de mujeres que se encomendaron al personaje radiofónico, convertido en instrumento de legitimación del régimen franquista

El primer programa del «Consultorio de Elena Francis» se emitió en Radio Barcelona el 27 de noviembre de 1950 ABC

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Fue un hallazgo fortuito, hace más de trece años. El verano hacía estragos en Cornellá de Llobregat (Barcelona). Un grupo de técnicos del Ayuntamiento de la localidad se disponía a limpiar una masía abandonada del siglo XVII cuando encontró un tesoro testimonial cuyas dimensiones, entonces, desconocía: montones de cartas, apiladas en sacos y cajas, y esparcidas por las distintas habitaciones. Tras recogerlas y examinarlas, se procedió a una primera inspección, que dio con el origen, pero sobre todo el destino, de esas misivas. Sus autoras eran las «Mujeres Francis» , todas aquellas que, durante buena parte del franquismo, trasladaron sus penas y preocupaciones a aquel personaje radiofónico que marcó a tantas generaciones de la España de la época.

Pero, ¿cómo habían llegado las cartas hasta allí? La casa en cuestión perteneció, en su momento, a la familia de José Fradera Butsems, propietario del famoso Instituto de Belleza Francis , que creó el «Consultorio de Elena Francis» como plataforma publicitaria para vender sus productos. Sus herederos (hoy, la familia está entre los doscientos más ricos de nuestro país) vendieron la masía a un promotor inmobiliario que desistió de hacer negocio con ella y se la cedió al Ayuntamiento de Cornellá para convertirla en un equipamiento municipal.

Una vez tuvo clara la importancia de aquel patrimonio epistolar, el Consistorio se puso en contacto con el Archivo Nacional de Cataluña , pero no hubo respuesta. También llamó a las puertas de Radio Barcelona, donde nació el «Consultorio», y a las de otros archivos. Pero las «cartas de Elena Francis» no interesaban. Nadie quería saber nada de las penurias de aquellas mujeres gracias a las que hoy podemos presumir de ser una sociedad moderna y abierta. Hasta que intervino Mari Luz Retuerta , directora del Archivo Comarcal del Bajo Llobregat , que logró salvar unas cien mil antes de que acabaran en la hoguera. El resto, son cenizas.

El archivo

Así nació el Fondo «Consultorio para la Mujer Elena Francis» , en el que, hace unos tres años, empezaron a trabajar la periodista Rosario Fontova y Armand Balsebre, catedrático de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB). «Comenzamos a examinar las cartas disponibles, ya que hay todavía un buen número pendiente de tratamiento archivístico –sólo ha sido digitalizado un 10% del total rescatado–. Trabajamos sobre un abanico cronológico de 1950 a 1972», explican ambos a ABC. El resultado de su esfuerzo es una obra, imprescindible para comprender la Historia reciente de nuestro país, que acaba de llegar a las librerías: «Las cartas de Elena Francis» (Cátedra).

Una de las cartas enviadas a Elena Francis ABC

En ella, recogen referencias textuales de 1.300 cartas de las 4.500 que han consultado y realizan un estudio de la sociedad de la época, con sus pocos claros y sus muchos oscuros. Además, aportan nuevos datos sobre el funcionamiento del programa (es la primera vez que se aporta la fecha exacta de la primera emisión: el 27 de noviembre de 1950) y sobre las identidades de la inexistente Elena Francis . Aunque las bases de este «gran relato de la persuasión» las impuso la primera guionista del consultorio, Ángela Castells , miembro de la Sección Femenina de Falange, Fontova y Balsebre han identificado a una docena de Elena Francis. Eran empleadas mal pagadas que contestaban a gran parte de las cartas en un «local lóbrego» y colocaban las misivas «comprometidas» en un cajón especial.

En la superficie, Elena Francis era «un ángel de la guarda que ofrecía alivio y consuelo» a millones de mujeres, pero en el fondo fue «una policía de la moral, que custodiaba las esencias del nacionalcatolicismo, un instrumento de legitimación del franquismo».

Casos dramáticos

El archivo protege la intimidad de todas las «Mujeres Francis» , por lo que su identidad no ha trascendido. Aunque un 21,3% de las cartas analizadas tiene seudónimo , siendo los más comunes «una preocupada» y »una que no sabe qué hacer». Como aseguran los autores, «los casos más dramáticos se refieren a la total indefensión jurídica y social ante las agresiones sexuales o la violencia doméstica ». Una joven de 19 años de Sabadell, «Flor sin perfume», confiesa que el marido de su hermana la violó, cuando tenía once años, y que ahora duda si contárselo a su prometido. Fontova y Balsebre no han encontrado respuesta, pero en el guión de ese día (lunes, 6 de agosto de 1956), en el que se advierte la palabra «¡ojo!» escrita con el rojo de la censura, falta casi entera la página 4 y una pequeña parte de la 5. Alguien quiso borrar las huellas de la contestación, incluso censurada.

Una de las cartas enviadas a Elena Francis ABC

A la carta de una oyente de 26 años que denuncia la infidelidad de su marido, Elena Francis responde: «Es mejor que se haga la ciega, sorda y muda (...). No ponga mala cara cuando él llegue». En otro caso de adulterio , en Villanueva y Geltrú, la consejera llega a disculpar al esposo: «Muchas veces no son los hombres los que caen por su gusto, sino impulsados por ciertas mujeres». Y, a lo largo de los distintos programas, no duda en ofrecer recomendaciones como «darte unos azotes, con mucho cariño» o «a las mujeres, aunque tengamos la razón, siempre nos toca perderla». No tuvo respuesta, en cambio, la misiva de una joven de 17 años, de Mataró (Barcelona), que le lanzaba una pregunta desesperada, víctima de la violencia familiar: «¿Tengo que esperar con resignación el día que no dudo mi papá me pise la cara como un día ya hizo y me desgracie para siempre?».

Con la llegada de la Transición , el programa se volvió «anacrónico y el negocio se resintió». En enero de 1984, el «Consultorio» desapareció de las ondas. Había llegado el momento de que la mujer, invisible durante el franquismo , diera un paso al frente. Y en esas estamos, todavía.

[Lee el artículo de Mercedes Formica en la Hemeroteca de ABC]

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