Ignacio Martínez de Pisón posa tras el premio conseguido
Ignacio Martínez de Pisón posa tras el premio conseguido - efe

Martínez de Pisón: «La realidad me sigue pareciendo la tradición narrativa más poderosa»

Su novela, «La buena reputación» gana el Premio Nacional de Narrativa

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Ignacio Martínez de Pisón (Zaragoza, 1960) tiene una bien ganada reputación como escritor. Así lo ha reconocido el ministerio de Educación, Cultura y Ciencia al otorgar el premio Nacional de Narrativa a una novela titulada, precisamente, «La buena reputación». El jurado del galardón, dotado con veinte mil euros, destaca «el retrato del mundo judeo-español en Melilla en la época del Protectorado y el complejo desarrollo de una red de relaciones familiares en el marco de un relato extenso muy fiel a la tradición novelesca».

Hablamos con el escritor. El Nacional corona la madurez literaria que anunciaba su anterior entrega, «El día de mañana», premiada por la Crítica en 2011 y finalista del premio al mejor libro europeo de aquel año.

¿Es «La buena reputación su novela más ambiciosa?» «No sé si es la más ambiciosa pero desde luego es la más extensa. Me gustan las historias de familia y ésta lo es. Una saga familiar que empieza y termina en Melilla después de pasar por la Península. Releer nuestro pasado reciente, del que al fin y al cabo somos producto».

Volvamos a la reputación de Pisón. Sus amigos y compañeros de escudería editorial –el sello Anagrama de Jorge Herralde y ahora Seix Barral- subrayaron sus cualidades de escritor de largo recorrido y en un monográfico que le dedicó hace dos años la revista Turia. «Cada libro de Pisón produce el siguiente», apuntaba Enrique Vila-Matas. David Trueba lo definía como «tejedor de la supervivencias más complicadas, las de quienes no tienen sueños... Sus apreciaciones suelen ser concretas, está llamado a ser académico, y si termina por no serlo será porque no admite frivolidades».

Aragonés, por encima de todo: con el laconismo de Buñuel –estudio en el mismo colegio de curas que el cineasta-, la verdad cruda de Gracián y el humor negro de su mejor amigo de juventud: el desaparecido Félix Romeo. Instalado en Barcelona desde los ochenta, Pisón debuta en 1985 con la novela «La ternura del dragón». Es el primer título de una obra variada en géneros y coherente en temática. Libros de cuentos: «Alguien te observa en la oscuridad», «Aeropuerto de Funchal», «Foto de familia»; novelas: «El fin de los buenos tiempos», «Carreteras secundarias», «María bonita», «El tiempo de las mujeres», «Dientes de leche», «El día de mañana» y «La buena reputación»; reportajes de no ficción: «Enterrar a los muertos»; guiones de cine -«Las trece rosas»- y trabajos sobre la guerra civil: «Las palabras justas», la antología «Partes de guerra»...

Pisón conjuga el retrato de familia -«Carreteras secundarias», «El tiempo de las mujeres»- con la crónica nacional. Memoria familiar y demonios familiares del siglo XX español:avisperos africanos, Casas Viejas, el asesinato de José Robles por los estalinistas («Enterrar a los muertos»), la peripecia de los voluntarios italianos en la guerra española («Dientes de leche»), la vida sombría de un confidente de la Social de la posguerra a la Transición («El día de mañana»)...

La realidad como fuente de inspiración y el realismo de fórmula expresiva: «Me sigue pareciendo la tradición narrativa más poderosa, y también una buena herramienta para analizar la complejidad del mundo que nos rodea. Hablo, por supuesto, de un realismo actualizado, adaptado a nuestro tiempo», afirma.

Además de la excelencia literaria, la buena reputación de Pisón proviene también de su sinceridad aragonesa. Ante la ofensiva separatista que fractura la Cataluña donde reside, se pronuncia de forma clara y contundente: «Me parece un disparate que alguien se crea con derecho a obligarme a elegir entre la tierra de mi madre y la de mis hijos», declaró a ABC con motivo de las próximas elecciones catalanas.

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