Alberto Nisman, en una imagen de 2013
Alberto Nisman, en una imagen de 2013 - REUTERS

Tres meses después de su muerte, Nisman es el protagonista de una novela negra

Planeta publica «El fiscal, una ficción demasiado parecida a la realidad», cuyo autor es desconocido, aunque se dice que es «uno de los diez mejores escritores argentinos»

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

El caso Nisman, la muerte en extrañas circunstancias del fiscal que imputó a Cristina Fernández de Kirchner, tiene ya su versión policiaca -y misteriosa- en tiempo récord. Tres meses después de descubrirse el cuerpo sin vida de Alberto Nisman, tendido en un charco de sangre en el cuarto de baño de su casa y con la cabeza atravesada por una bala, la editorial Planeta publica en Argentina la novela, «El fiscal, una ficción demasiado parecida a la realidad».

Hasta aquí, la noticia serviría para destacar los reflejos del autor y de la editorial para lanzar al mercado un libro que mete el bisturí a fondo en una muerte, sin esclarecer, que continúa ocupando los titulares de portada de la prensa.

Pero el tema tiene otra vertiente que lo hace más atractivo: el nombre del autor es una incógnita.

Ignacio Iraola, director del Grupo Planeta, no está dispuesto a desvelar quién es, aunque, asegura en el periódico «Miradas del Sur», se trata «de uno de los diez mejores escritores argentinos».

R. S. Pratt, el seudónimo

R. S. Pratt es el seudónimo elegido para encubrir la identidad del escritor que narra los últimos días de vida del hombre que puso -al menos por unos días- entre las cuerdas de la justicia a la mismísima presidenta de Argentina, a su ministro de Asuntos Exteriores, Héctor Timerman, y a un grupo del círculo estrecho de la Jefa del Estado, al atribuirles un pacto secreto con el Gobierno iraní para encubrir a los presuntos autores del atentado a la AMIA, que dejó un saldo de 86 muertos y centenares de heridos.

La novela trata de dar respuestas a preguntas, todavía sin resolver con certeza, por la investigación judicial. ¿A qué hora murió Nisman? ¿Movieron el cuerpo después de muerto y «limpiaron» el lugar de los hechos? ¿Utilizaron su ordenador el día después? ¿Chantajearon al fiscal con su vida privada? ¿Se aprovechaba Nisman de los fondos destinados a investigar el atentado para su disfrute personal? ¿Por qué le pidió a Diego Lagomarsino, su informático, una pistola cuando tenía una propia? ¿Cómo era la relación con su ex esposa, la juez federal Sandra Arroyo Salgado?

Protagonistas identificados

Los protagonistas de la narración están claramente identificados con los que aparecen en torno al caso pero… con nombres de ficción. Para empezar, Nisman es el fiscal Lerman; Cristina Fernández de Kirchner es Cristina Hernández de Larcher. Lagomarsino, con quien además compartía, al menos una cuenta en Estados Unidos, figura como Castagnino y así un listado de personas de diferentes ambientes en los que se movía el fiscal: jueces, abogados, políticos y también gente de la noche porteña.

Como en toda novela negra que se precie los bajos fondos del mundo del espionaje flotan en un clima de trampas, mentiras, poder y dinero. El antiguo agente de Inteligencia Antonio, alías Jaime, Stiuso aparece como Trusso. Este es el hombre que trabajó, codo a codo, con Nisman para desentrañar la verdad -también sin esclarecer- sobre el atentado a las sedes de la AMIA y la DAIA, las dos instituciones israelíes, política y económica, más importantes, que volaron por los aires el 18 de julio de 1994.

Designado por el expresidente Néstor Kirchner para esa misión, hoy el Gobierno le considera, prácticamente, el enemigo número uno de la democracia. Corrupción, espionaje a políticos, empresarios, periodistas y hasta al mismísimo Papa cuando era el cardenal Jorge Bergoglio, forman parte del «prontuario» de Stiuso. Él y todos los demás que estuvieron cerca de Alberto Nisman antes de morir desfilan por la historia imaginada (o investigada) que se cuela entre las 234 páginas de un libro de autor no identificado.

Ver los comentarios