La diminuta -y bien surtida- Fundación Newcastle
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ARTE

Pequeños mecenas: cómo fomentar el arte sin hacer mucho ruido

Desde premios de pintura creados por un matrimonio hasta estupendas colecciones de arte en casas de muñecas, muchos coleccionistas españoles se empeñan en demostrar que no hace falta tener una gran fortuna para auspiciar el mecenazgo

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Afortunadamente, el ejemplo de Jaime Colsa no es un caso aislado. Son numerosos los amantes del arte (sobre todo, coleccionistas) que un buen día decidieron trascender lo que era una pasión privada para convertirla en motor para apoyar de forma pública a los artistas. Ahí está el ejemplo de Juan Antonio Trujillo, propietario del espacio que había sido sede de la galería de Rafael Vostell en Madrid. El coleccionista lo adecentó para usarlo como almacén de sus fondos. Sin embargo, acabadas las tareas de acondicionamiento, se dio cuenta de que sería una pena malograr así sus salas. Y con las mismas animó al que era su «mozo de almacén», un aún desconocido Marlon de Azambuja, a que programara exposiciones con su propia colección y la obra de autores invitados.

Ese fue el germen, en 2007, de OTR, hoy, uno de los espacios más interesantes de la capital, con dos citas anuales por las que han pasado grandes artistas y comisarios. Prueba de ello es la actual exposición colectiva «Buscadores de oro», con Julia Llerena o Clara Sánchez entre los artistas convocados.

El Premio Mardel fue el inicio de una bonita colección de pintura auspiciada por sus promotores

También el ánimo de cuatro coleccionistas (los hermanos Centenera Jaraba –un farmacéutico y un militar-– más un promotor inmobiliario, Salvador Granizo, un abogado, J. José Caballero García, y un asesor, Luis Jesús Navalpotro) puso en marcha un concurso de dibujo (una técnica, en su opinión, fácil de entender) para acercarlo a un páramo para el arte actual como era el Corredor del Henares y Castilla La Mancha. El proyecto, de 2008, dio pie a la Fundación Centenera (fórmula jurídica que se les recomendó para acceder a más ayudas, aunque estas, la verdad, nunca llegaron), con una colección actual de unas 33 piezas (más allá de las que siguen adquiriendo sus responsables por separado), y que está a punto de lanzar la convocatoria de una quinta edición. En Pontevedra, no podemos olvidar la Fundación RAC del arquitecto Carlos Rosón (premio al coleccionismo en ARCO'10), cuya base son las más de 300 piezas de su conjunto.

Si toca la lotería...

Por la fórmula del premio apostó también hace tres años el matrimonio conformado por Amparo Martínez y Juan Manuel del Pino. Su cercanía, por amistad, a muchos artistas les valió conocer de primera mano las dificultades de estos para financiarse. ¿Cómo podían ellos ayudarlos? El premio Mardel de pintura (cuyo nombre unifica sus apellidos), para el que movilizan a otros agentes artísticos, que actúan de jurado, fue su respuesta, y el inicio de una colección y de un proyecto expositivo original en la Comunidad Valenciana. Ganadores y finalistas se presentan en septiembre en Las Cigarreras de Alicante.

El ex galerista Javier Castro Flórez, desde Murcia, siempre defendió que si le tocaba alguna vez la lotería pondría en marcha un gran proyecto. Los 42 euros conseguidos con el Euromillón fueron decisivos para desplegar su iniciativa: «Me di cuenta de que uno no puede esperar a tener dinero para poner algo en marcha».

Y así fue como empezó a concebirse la Newcastle, en Murcia, la fundación más pequeña del mundo, con sede en una casa de muñecas y con una gata (la de su propietario) como directora: «Busco ironizar sobre la prepotencia del mundo del arte, pero con un programa expositivo y una colección muy serios». De hecho, este conjunto cabe en dos cajas de plástico (las obras no pueden superar los 22 centímetros, altura de las salas), pero cuenta con nombres tan potentes como los de Cristina Garrido, Juan Zamora, A. Fernández Alvira... Todos con sus correspondientes catálogos-postal producidos por una firma que hace poco saltó al ámbito editorial.

Otro arquitecto, Joaquín Díez-Gascón, fue la semilla de la feria SWAB, en Barcelona, sorprendido de la ausencia de una cita de estas caracterísiticas en su ciudad. Su insistencia a los galeristas locales para poner en marcha una tuvo como respuesta un «¡pues hazla tú!». Y no se lo pensó. Ocho ediciones cumplió en 2015, las últimas cada vez más enfocadas en los comisariados que ayuden a crear un discurso potente.

La directora de la Fundación Newcastle es una gata, pero su colección y su programa expositivo son una cosa muy seria

Y si doblamos el mapa, en Málaga, imposible obviar a Casa Sostoa, que no deja de ser la vivienda de un profesor que en 2013 pensó en ceder su despacho para organizar exposiciones... que ahora inundan toda la vivienda, y por la que han pasado María Bueno, Arturo Comas, David Escalona... Ahora, Pedro Alarcón, su alma máter, organiza «open calls» y se plantea crecer hacia el microteatro.

Y lo que está por llegar: En primavera abrirá un nuevo espacio en Madrid con la colección Sánchez Ubiría, más el conjunto de arte africano de sus herederos. Entre ellos se encuentra Marga Sánchez, ex directora de Distrito 4. Ella dirigirá este ámbito que se dedicará además a la proyección de artistas, con un programa de residencias y actividades didácticas. Meses antes, David Cantolla (creador de Pocoyo) presentará otro, muy céntrico, donde descansará el conjunto de arte emergente que está creando.

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