Pérez Galdós, uno de los autores incluido en esta antología
Pérez Galdós, uno de los autores incluido en esta antología
LIBROS

«El panteón del gótico español», terror que salva

Bécquer, Galdós y Pardo Bazán están en «El panteón del gótico español». También autores raros u olvidado

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Con el sugestivo subtítulo «Antología de castillos sombríos, espectros, diablos y pesadillas» aparece en librerías un estupendo «bouquet» de historias góticas escritas por autores españoles a lo largo del siglo XIX y comienzos del XX.Son quince relatos en total, todos ellos de carácter gótico-fantástico, los que figuran en el libro, desde «Padre en vida y testigo en muerte» (1825), de un para mí desconocido José de Urcullu, hasta «Eximente» (1905), una joya narrativa muy breve de doña Emilia Pardo Bazán. En medio figuran en la lista el inefable Agustín Pérez Zaragoza (cuya «Galería fúnebre de espectros y sombras ensangrentadas» tuve el humor de editar en Editora Nacional en 1977), Serafín Estébanez Calderón, Eugenio de Ochoa, José Augusto de Ochoa, Antonio Ros de Olano, Álvaro Gil Sanz, José J. Soler de la Fuente, Gustavo Adolfo Bécquer, Benito Pérez Galdós, Rafael Serrano Alcázar, Manuel Jorreto Paniagua, Pedro Antonio de Alarcón y Vicente Blasco Ibáñez. Como podemos inferir de esos nombres, los hay consagradísimos (Bécquer, Alarcón, Galdós, Blasco y doña Emilia), consagrados (Estébanez Calderón, Eugenio de Ochoa y Ros de Olano) y raros u olvidados (Urcullu, Pérez Zaragoza, J.

A. de Ochoa, Álvaro Gil, Soler de la Fuente, Serrano Alcázar y Jorreto Paniagua).

Jardines no hollados

El hecho de que los raros u olvidados sean mayoría supone una alegría para los lectores aficionados al género, que tendrán la oportunidad de circular por jardines no hollados. Es un buen momento para insistir en la normalización de las letras hispánicas en el terreno de lo maravilloso, lo fantástico, lo terrorífico y lo gótico. Menéndez Pidal se obstinó en que el rasgo característico del pueblo español era el realismo, y esa idea cundió en los medios académicos, simplificando de una forma arbitraria los temas y motivos de nuestras creaciones artísticas. Tanto David Roas como Miriam López Santos han publicado últimamente excelentes monografías «ad hoc» y han desmontado la vieja teoría según la cual nuestro país desatendió en su literatura la llamada de lo fantástico.

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